domingo, 30 de diciembre de 2007

Aforismos 01

Hay mutilados de guerra. También hay mutilados de familia.

Santiago

miércoles, 26 de diciembre de 2007

24 de diciembre del 2007

Queridísimo Niño Jesús:

Hoy estás aquí, en el Belén. Tu Santísima Madre te atiende y tu padre te mira embelesado. Eres pequeño, eres niño. Ni siquiera Tú, que podías hacer todo por Ti mismo, quisiste prescindir de un padre. Estoy seguro, segurísimo, que cuando creciste no sólo te dejaste abrazar y querer y dirigir por tu padre. No sólo querías que fuese así, sino que gozabas con que así fuera.
Me admira tu padre, Niño Jesús. San José es fuerte y es bueno, muy bueno. Sé que el Espíritu Santo le inspiró, claro está. No lo tuvo fácil cuando tuvo que salir escapando de que te mataran camino de Egipto con tu Madre y contigo a lomos de un burro. Me imagino a tu padre enseñándote los artes y secretos de la carpintería. Tengo por cierto que era un formidable carpintero, como lo fuiste tú, educado por él. Tu padre, si bien no-biológico, te dio su ser al darte su espíritu con su educación y cuidados. No hubo en nada en que San José no se prodigara contigo. Dicen incluso que cuando tu padre murió lo hizo en tus brazos y confortado por ti. ¿Acaso puede pedir más un padre que morir rodeado de sus hijos y confortado por su vista y presencia?
Hoy, Niño Jesús, hace 7 semanas que fue la última vez que supe de mis hijos. No sé si están bien. Tampoco sé si han tenido un catarro o se lo han pasado bien en la nieve. No sé cómo les ha ido en la escuela en este trimestre. No sé nada. Les escribo, pero sospecho que ellos tampoco saben de mí. Quizás mis cartas no les lleguen. Ni siquiera me han facilitado un número de teléfono para llamarles. Y no te voy a contar nada de las penosas condiciones en que tengo que verles –cuando les veo- porque Tú lo sabes mejor que nadie.
No te oculto, Niño Jesús, que me da miedo pensar en los corazones de tu Madre y de tu padre el día que los “perdiste”, cuando te quedaste predicando en el Templo. Sé que tenías que hacerlo, vale. Pero durante tres días el corazón de tu padre, y el de tu Madre, estuvieron encogidos, muy encogidos. Fueron tres días muy duros para ellos. Bueno … yo llevo ya siete semanas, y bien sabes que no soy tan fuerte como ellos. Ya sé, también, que las cosas tienen que ser así. Que tu Santísima Voluntad dispone que así sean o, por mejor decir, que permite que así sean. Y sé que eres capaz sacar bien de mal. Pero eso no quita ni un ápice lo muy encogido que está mi corazón. Y, te repito, yo no soy nada comparado con tu Madre y con tu padre.
¿Sabes, Niño Jesús, cómo estoy de solo y de huérfano sin mis hijos aquí, alrededor de tu Belén? ¿Sabes lo que me duele no poderte rezar juntos aquí? ¿A que no te haría ni pizca de gracia que te quitase ese padre que te mira y que te cuida, que te ama y que se deleita en ti, que te protege y que te educa? Tranquilo. No voy a quitar a San José del Belén. Bien sabes que este año le he puesto todo lo más cerca que podía de Ti y de tu Madre. Para que seáis una familia más unida, si cabe. Como si acaso no lo fueseis ya.
Yo soy un pastor, el último de los pastores, solitario y aterido. El más inepto de todos, sin duda. Y te vengo a adorar. Solo, tiritando, me acerco a Ti. Tengo las manos vacías y ni siquiera puedo ofrecerte las lágrimas de mis ojos porque hace tiempo que se secaron mis lágrimas. Perdóname. No tengo nada. Bueno … tengo un corazón encogido y roto. Quizás eso te valga como regalo.
Encima de no tener nada te voy a pedir una cosa. Solo una. Una más. Sé que te pido muchas. Te voy a pedir que me dejes a tu padre unos minutos siquiera. Sí, a San José. Y que mandes a tu padre a miles de kilómetros de distancia. Donde están mis hijos, que de facto no tienen padre. Y que dejes que San José –también- los mire embelesados. Y que les cuide, que les dirija. Y, sobre todo –por favor, Niño Jesús- que les proteja. Que les proteja en todo. De todos los peligros espirituales y temporales. ¡Son demasiados peligros los que acechan! Porque sé que tu padre es muy, muy fuerte. Mucho más que yo. Fíjate, Niño Jesús, que hasta los demonios se le someten. Quizás él incluso lo pueda hacer mejor que yo. ¿Me dejarás a tu padre unos minutos para que vaya a donde viven mis hijos y del mismo modo que él te adoptó a Ti, pueda también adoptar a mis hijos? Tú lo puedes todo y yo no puedo nada.
Y a mí déjame caer muerto aquí, a tu lado. Cuando Tú quieras y como Tú quieras. Al menos que cuando muera esté rodeado por Ti. Si quieres llévame contigo pronto, porque esto no es vivir, sino morir despacio y lentamente. Pero el cuándo lo decides Tú, que yo no soy quien para esas cosas. Imagínate a tu padre sin Ti. ¿Imposible, verdad? Pues eso: un padre sin sus hijos es muy huérfano. Muchísimo.
También te pido, Niño Jesús, que tu padre bendiga a mi exmujer. Es la madre de mis hijos. Y que la proteja a ella también. Y que la guíe, conforte y ayude en todo.
Ahora déjame quedarme aquí, a tu lado. Tengo frío y estoy muy cansado. Pero te doy las gracias por ese Angel, y esos otros ángeles –algunos de carne y hueso- que me mandaste para darme la Buena Nueva y decirme que viniera a adorarte. Si quieres, cuando mandes unos minutos a tu padre para que sea padre de mis hijos, yo también te adopto durante esos minutos. Tengo un cuchillo y una cayada. No dejaré que nadie ose atacarte. Y tengo una manta. Yo te envolveré en ella para que no pases frío. Y después de envolverte te pondré en el regazo de tu madre, que es donde mejor vas a estar. Ya verás. Y aunque no tengo gana ninguna de cantar te voy a cantar un villancico en silencio. En mi nombre y en el de mis hijos.
Gracias por haber venido a este mundo, Niño Jesús. Sin ti no seríamos nadie … Y gracias, también, por la Virgen María. Y por San José.
Tienes mucha suerte de tener un padre tan bueno y tan sabio. Que él sea padre de todos los niños que, por uno u otro motivo, no tienen padre.

Santiago, un padre huérfano

domingo, 16 de diciembre de 2007

Una notificación

Queridos hijos:

Me ha llegado la notificación final de petición de divorcio por parte de vuestra madre. Una notificación que, una vez más –a pesar del tiempo que llevamos separados-, me llena de tristeza. Verdades a medias, e incluso contradicciones, salpican esa demanda.
Lo peor no es eso. Lo peor es que vuestra madre sigue dificultándome y queriéndome poner dificultades para veros. Con las reglas tan injustas de las leyes modernas es posible que vuestra madre gane y yo no pueda veros ni tanto como quiero ni en las condiciones que quiero. Y esto me llena de mucha tristeza porque lo único a lo que aspiro es, precisamente, a estar con vosotros el mayor tiempo posible.
Seguiré luchando por vosotros, hijos míos. Y si lo único que queda al final de todo esto es la prueba, verificable mediante documento legal, de que he luchado por vosotros, pues eso será todo. Habré luchado y habré luchado el buen combate.
Quizás, cuando seáis mayores, podréis entender todo esto. Yo sigo sin poder entender que una madre ponga dificultades para que sus hijos tengan a su padre.
Os quiero muchísimo. Cada día más.

Papá

Para que quede constancia ...

Chère I,

Je suis désolée de ne t’avoir pas écrit plus tôt. J’étais bien malade.
Maintenant tout va bien et donc, avec un peu de retard je te souhaite une bonne fête. Cela ne m’a pas empêché de bien prier pour toi en la fête de l’X.
Toi et tes frères me manquent beaucoup.
Avec toute mon affection – que Dieu vous bénisse tous,

Papa

jueves, 15 de noviembre de 2007

Insomnio ... una vez más

Queridos hijos:

Son las cuatro de la mañana (casi). Sigo sin dormir. He rezado. He visto película tras película. Me he tratado de relajar. Nada. Sigo insomne.
Estáis conmigo todo el rato. Creo que si pudiera veros dormir plácidamente un momento mi insomnio desaparecería. Ni un solo momento estáis fuera del centro de mi pensamiento, de mi corazón y de mi querer.
Os quiero mucho. Muchísimo.
Ahora seguid durmiendo, ángeles míos.
Voy a seguir rezando un poco por vosotros. Que San José os cuide.
Un beso y un gran abrazo,

Papá

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Alienación parental

Queridos hijos:

Hace poco mi abogado ha pedido más información sobre la situación entre vuestra madre y yo antes y después de nuestra separación. Toda la información de la entrada de hoy está, con más claridad y con nombres y fechas y referencias a los documentos pertinentes, en la correspondencia con mi abogado.
No esperéis jamás de mí que ni en privado ni en público yo ataque a vuestra madre por los asuntos entre ella y yo. Es vuestra madre y quiero que respetéis y améis a vuestra madre como se debe. Sin embargo hay cosas que os afectan a vosotros. Ahí no puedo callar, sobre todo porque algunas tienen una implicación pública.
Algún día, si Dios quiere, hablaremos de este concepto de la "alienación parental", que algunos consideran hasta un síndrome. Si es síndrome o no, dejémoslo de lado. El caso es que existe. Y el caso es que a vosotros os han alienado de mí (como a mí me han alienado de vosotros).
El contexto en que se da esta alienación parental es uno en el que vuestra madre reclama dinero y altas pensiones. Como guardo recibos de todos mis ingresos y gastos (y el capítulo peor es el de los gastos legales y los viajes para ver al abogado) ya os demostraré la situación en que me he encontrado en el último año. Vuestra madre, por otro lado, exige un alto grado de responsabilidad por mi parte (sobre todo la pecuniaria) pero no me permite ejercer la autoridad paternal que me corresponde en modo alguno; todo lo cual se demuestra mediante:

1. La existencia de falsas acusaciones (ya os explicaré la naturaleza y forma de las mismas) en el contexto de un divorcio acrimonioso que:
i. La Gendarmería no parece tener diligencia en investigar a pesar de mis múltiples ofrecimientos, en persona y por carta, por parte mía y de mi abogado. Las pruebas están guardadas y a vuestra disposición, aparte de las múltiples llamadas de la Señora FJ, ya que mi francés, como bien sabéis, es todavía básico.
ii. De esas falsas denuncias no hubo jamás denuncia previa de las mismas. La prueba es, precisamente, la ausencia de prueba.
iii. Las únicas "pruebas" concretas son vuestras pretendidas “declaraciones”. Por vuestra edad es muy fácil llenaros la cabeza de memorias implantadas, que son falsas memorias. La prueba son vuestras declaraciones a la Gendarmería, pero declaraciones con tales inconsistencias que la Gendarmería ahora ya no quiere ni investigar. Es más, me dicen que si en Francia hay algo cierto, son extremadamente raudos en investigarlo. Bien, pues ya llevamos ya 10 meses sin que lo hagan.
iv. Estas falsas memorias implantadas, harto fáciles de realizar entre las edades de 3 y 8 años, ejercen un daño psicológico considerable sobre vosotros. La literatura científica prueba el daño que pueden hacer y yo me desgarro interiormente todos los días pensando en cómo puedo minimizar todo esto.
v. Vuestra madre no repite estas falsas denuncias en su demanda de divorcio, pero sí lo hizo ante la Juez en la primera vista. Si hubieran sido verdad, ¿por qué las calla?
vi. Vuestro padre no tiene antecedentes legales de ningún tipo, menos de agresión. La prueba, una vez más a vuestra disposición, son los certificados penales.
2. He tenido que batallar durante casi dos años para poder tener un contacto regular con vosotros. Por culpa de esas falsas acusaciones ahora me obligan a veros en un centro vigilado, durante 4 horas al mes como máximo, y no nos es posible ir a sitios juntos, realizar actividades tales como visitar juntos lugares de interés, parques científicos, etc., incluso que podáis tener contacto con vuestros abuelos y familiares, etc. Esto no necesito probarlo, porque vuestro propio testimonio es mi prueba.
3. Estas falsas acusaciones me han ocasionado numerosos y enojosos problemas en el ámbito laboral. Psicológicamente he sufrido mucho estrés, y lo sigo sufriendo, hasta que el asunto quede totalmente sustanciado, porque hasta que no pueda veros un montón de tiempo y de manera mínimamente normal, no dejaré de estar angustiado. También os aportaré pruebas a este respecto.
4. Vuestra madre rechazó cualquier tipo de mediación familiar, que me pareció siempre el mejor modo de resolver las diferencias entre ella y yo con el menor coste económico para ambos pero, sobre todo, con el menor coste emocional y psicológico para vosotros. La prueba es la negativa de vuestra madre para solventar este asunto mediante terapia de familia y de modo amigable, tal cual yo le propuse y tal cual el Juzgado le propuso. Ella se negó y hay constancia documental de esto.
5. Vuestra madre no ha contestado mis cartas ni envía información sobre vosotros, a veces incluso durante meses seguidos. El seguimiento de las fechas de la correspondencia da fe de ello, como múltiples testigos. Vuestra abuela materna me prohibió en Noviembre del 2005 que os llamara allí “porque el teléfono no es de [vuestra] madre”. En el último año os habéis mudado de residencia, pero vuestra madre se ha negado sistemáticamen a facilitarme el teléfono de vuestra casa para que os llame, e incluso ha sido nulamente colaboradora con mi propuesta de compraros un teléfono móvil hasta el punto de decir que, de tenerlo disponible, sólo lo tendría conectado unos minutos a la semana. Asimismo vuestra madre se ha negado a contactar por correo electrónico durante años (sólo 3 correos electrónicos desde Julio del 2007), utilizando el correo electrónico de vuestra tía, y se ha negado repetidamente a proporcionar un número de teléfono donde yo pueda contactar con mis hijos. En otras palabras, hijos míos, vuestra madre no sólo no me facilita contactos con vosotros, sino que de manera pasiva los obstruye.
6. Siempre he inicidado yo todas las comunicaciones con vuestra madre, pues ni una sola vez en cuatro años las ha iniciado ella de modo espontáneo (ni por teléfono, ni por carta, ni por correo electrónico). Las pruebas son obvias: fechas de cartas y correos electrónicos y el contenido de las mismas. Todas sus comunicaciones son siempre en respuesta a mías anteriores.
7. El año pasado vuestra madre no me envió ni un solo informe escolar vuestro o copia del mismo, ni comentario alguno por escrito, sobre vosotros. Ni evaluación escolar ni nada sobre problemas escolares, etc. Hasta el punto de que yo debí tomar acción y escribir yo mismo a la escuela para averiguar sobre vuestra evolución escolar y personal de mis hijos. La prueba es la correspondencia y el testimonio de la Directora de vuestra antigua escuela.
8. Vuestra madre intenta tomar decisiones por su cuenta (p. ej., llevaros a escuelas que yo no autorizo) cuando sigo teniendo la Patria Potestad compartida (“autoridad conjunta”) sobre vosotros. La prueba fue la consulta legal con mi abogado (recogida documentalmente), quien me indica los pasos a realizar, para abortar el intento de llevaros a a otra escuela de otro país (alejandoos de mí) y sólo acepta mi reacción cuando le indico a vuestra madre que habrá de atenerse a las consecuencias legales.
9. Vuestra madre no me informa de los sitios o personas, fuera de vuestros familiares y parientes allegados, donve vais o estáis. Por ejemplo tú, querida hija, estuviste durmiendo una vez por semana (que yo sepa) en casa de unos extraños que eran los padres de una compañera tuya de la escuela. A pesar de que pedí que me facilitara la dirección y número de teléfono donde estáis –siempre que estáis fuera de casa-, vuestra madre se ha negado a dármela o, por mejor decir, simplemente no me la da.
10. Sigo sin tener manera de comunicarme con vosotros en caso de emergencia o necesidad (p. ej., estuve ingresado en la Unidad Intensiva de Cuidados Coronarios en Agosto del 2006, con peligro de muerte, y no pude comunicarme con vosotros) por la obstrucción pasiva a la comunicación por parte de vuestra madre y la inexistencia de un número de teléfono al que llamar (a pesar, insisto, de mi ofrecimiento de un teléfono móvil para que yo pueda llamaros, que ella dice que “sólo tendría conectado cuando yo fuera a llamar ... si puede”).
11. Vuestra madre adopta conductas peligrosas para vuestra salud de nuestros hijos, como no vacunaros en absoluto, basada en peligrosas tendencias de pensamiento mágico sin base científica alguna. Y yo no estoy de acuerdo con esto. Vale con lo de vacuna MMR, aunque ulteriores investigaciones no han logrado probar algunas de las sospechas iniciales, pero ... ¿y el resto del calendario vacunal?

Pues para que quede constancia, porque todo esto es alienación parental.
Lo siento, hijos míos, pero de estas cosas es mejor dejar constancia por escrito. Lucho todo lo que puedo para que mi relación con vosotros sea más normal. Jamás penséis ni por un momento que vuestro padre os abandonó. Jamás. Lucho, precisamente, para que no os sintáis abandonados por vuestro padre.
Os quiero muchísimo y os mando muchos besos y bendiciones,

vuestro padre

sábado, 13 de octubre de 2007

Vamos a rezar juntos

Queridísimos hijos:

Ayer, día del Pilar y de la Hispanidad, pedí por vosotros. Y mucho. Como siempre.
Hoy quiero que recemos juntos. Me uno a esta oración vuestra, que sé a veces recitáis. Así que vamos a rezarla juntos:

Heiliger Apostel Matthias, ruhend in deutscher Erde, bitte für uns,
heiliger Bonifatius, großer Apostel Deutschlands, bitte für uns,
heiliger Petrus Canisius, Kirchenlehrer und Retter Deutschlands aus Glaubensnot, bitte für uns,
heiliger Kilian, Totnan und Kolnat, Blutzeugen Christi im Frankenland, bitte für uns,
heiliger Kolumban und Gallus, Apostel der Alemannen, bitte für uns,
heiliger Disiebod, Zeuge Christi in der Pfalz, bitte für uns,
heiliger Ingbert und Philipp von Zell, als Gottes Einsiedler Vorbild christlichen Lebens, bitte für uns,
heiliger Pirmin, Glaubensbote und Volksmissionar, bitte für uns,
heiliger Fridolin, Apostel am Oberrhein, bitte für uns,
heiliger Korbian, Apostel der Baiern, bitte für uns,
heiliger Willibrord, Apostel der Friesen, bitte für uns,
heiliger Bischof Ansgar, Apostel der nordischen Völker, bittet für uns,
heilige Bischöfe Adalbert und Bruno, Blutzeugen Christi im Preußenland, bittet für uns,
heiliger Severin, Ratgeber und Führer in gefahrvollen Zeiten, bitte für uns,

alle heiligen Apostel deutscher Lande, bittet für uns!

Heiliger Florian und Gefährten, Blutzeugen in Oberösterreich,
heiliger Gereon, Märtyrer in Köln, erflehe uns Treue im Glauben,
heiliger Trudpert, Blutzeuge im Breisgau, erflehe uns Treue im Glauben,
heiliger Bischof Engelbert von Köln, Schirmvogt der Schwachen, erflehe uns Treue im Glauben,
heiliger Werner von Oberwesel, Märtyrer des Allerheiligsten Sakraments, erflehe uns Treue im Glauben,
heiliger Fidelis von Sigmaringen, im Kampf gegen die Irrlehren treu bis in den Tod, erflehe uns Treue im Glauben,
seliger Liborius Wagner, Blutzeuge für ein katholisches Deutschland im Dreißigjährigen Krieg,
heiliger Eppo, heiliger Gottschalk, als slawisch- und deutschblütige Fürsten treue Blutzeugen für ein katholisches Brandenburg, erfleht uns Treue im Glauben!

alle heiligen Märtyrer Deutschlands, erfleht uns Treue im Glauben!

Heiliger Papst Leo IX., Verteidiger der kirchlichen Einheit, bitte um Licht und Kraft für uns,
heiliger Albertus Magnus, Geistesfürst des Mittelalters, bitte um Licht und Kraft für uns,
heiliger Bischof Otto von Freising, du Mann des Glaubens und der Wissenschaft, bitte für uns,
heiliger Bischof Rupert, Missionar der Alpenländer, bitte um Licht und Kraft für uns,
heiliger Bischof Burkhard, Glaubensbote in Thüringen, bitte um Licht und Kraft für uns,
heiliger Bischof Willibald, treuer Gefährte des Heiligen Bonifatius, bitte um Licht und Kraft für uns,
heiliger Bischof Ludger, Missionar in Westfalen und am Niederrhein, bitte um Licht und Kraft für uns,
heiliger Maximilian vom Pongau, du Vorbild eines christlichen Lebens,
heiliger Bischof Ulrich von Augsburg, Retter des Abendlandes, bitte um Licht und Kraft für uns,
heiliger Wolfgang, Bischof von Regensburg, bitte um Licht und Kraft für uns,
heiliger Hartwig, Bischof von Salzburg, du Helfer der Armen, bitte um Licht und Kraft für uns,
heilige Bischöfe Bernward und Godehard, tätig im Sachsenland, bittet um Licht und Kraft für uns,
heiliger Bischof Konrad von Konstanz, Vater der Priester und Armen, bitte um Licht und Kraft für uns,
heiliger Bischof Benno von Meißen, bitte um Licht und Kraft für uns,
heiliger Bischof Otto, Bischof von Bamberg, Apostel der Pommern, bitte um Licht und Kraft für uns,
heiliger Bischof Norbert, Stifter des Prämonstratenserordens, bitte um Licht und Kraft für uns,

alle Heiligen deutschen Bischöfe, bittet um Licht und Kraft für uns!

Heiliger Wunibald, Abt von Heidenheim, sei unser Fürsprecher bei Gott,
heiliger Sturmin, Abt von Fulda, sei unser Fürsprecher bei Gott,
heiliger Meinhold, Erzdiakon in Paderborn, sei unser Fürsprecher bei Gott,
heiliger Meinrad, sei unser Fürsprecher bei Gott,
seliger Jordan von Sachsen, sei unser Fürsprecher bei Gott,
seliger Hermann Joseph, sei unser Fürsprecher bei Gott,
seliger Petrus Faber, sei unser Fürsprecher bei Gott,
heiliger Klemens Maria Hofbauer, Apostel Wiens, sei unser Fürsprecher bei Gott,
heiliger Konrad von Parzheim, demütiger Pförtner in Altötting, sei unser Fürsprecher bei Gott,

alle heiligen Priester und Ordensleute Deutschlands, seid unsere Fürsprecher bei Gott!

Selige Kaiserin Hildegard, bitte für unser Volk und Vaterland,
heilige Kaiserin Irmgard, bitte für unser Volk und Vaterland,
selige Königin Hemma, bitte für unser Volk und Vaterland,
heilige Kaiserin Richardis, bitte für unser Volk und Vaterland,
heilige Königin Mathilde, bitte für unser Volk und Vaterland,
heilige Kaiserin Adelheid, bitte für unser Volk und Vaterland,
heiliger Kaiser Heinrich, Lehrer des Gottesreiches, bitte für unser Volk und Vaterland,
heilige Kaiserin Kunigunde, hilf uns,
heilige Königin Radegundis von Thrüringen und Franken, hilf uns,
heiliger Bernhard, Markgraf von Baden, bitte für unser Volk und Vaterland,
heilige Elisabeth von Thüringen, Fürstin der Caritas, hilf uns,
heilige Hedwig von Schlesien, groß in Pflicht und Leid, hilf uns,

alle heiligen Fürsten und Fürstinnen Deutschlands, bittet für uns!

Heilige Ursula und Gefährtinnen, Märtyrerinnen von Köln, bittet für uns bei Gott,
heilige Walburga und Lioba, Erzieherinnen deutscher Frauenjugend, bittet für uns bei Gott,
heilige Hildegard von Bingen, erleuchtete Seherin, hilf uns durch deine Fürbitte,
heilige Mechthild und Gertrud von Helfta, Verehrerinnen des Herzens Jesu, helft uns durch eure Fürbitte,
heilige Notburga, fromme Dienstmagd in Tirol, hilf uns,
heilige Kreszentia von Kaufbeuren, Leidensbraut Christi, hilf uns,
heilige Hemma, du Landesmutter und Schutzfrau Kärntens,

alle Heiligen deutschen Frauen und Jungfrauen, helft uns!

Heiliger Koloman, du Helfer derer, die Unrecht leiden, bitte für uns,

Alle Heiligen Deutschlands, bittet für uns!

Sankt Michael, Schirmherr des Reiches der Deutschen, beschütze uns und unser Vaterland!
Maria, unsere liebe Frau, breite deinen Mantel aus über unser deutsches Volk!

Lasset uns beten: Gott und Vater, siehe in Gnaden auf unser Volk und Vaterland. Du hast aus ihm eine große Zahl von Heiligen und Seligen berufen. Sie haben dich allzeit geliebt und Dir in Treue gedient. Ihre Heimat ist auch unsere Heimat. Ihre Sprache ist auch unsere Sprache. Ihre Treue ist darum auch unsere Treue. An deinem Throne bitten sie für uns. Erhöre ihr Flehen.

Laß uns nach diesem irdischen Leben zu ihnen gelangen, unseren Brüdern und Schwestern, durch Christus unseren Herren. Amen.

Heiliger Adalbero, du Wegbereiter klösterlichen Lebens, bitte für unser Volk und Vaterland,
Heiliger Altmann, du Erneuerer der Kirche von Passau,
Heiliger Berthold, du Vorbild als Beichtvater und Berater,
Heiliger Eberhard, du Verehrer Mariens und Bote des Friedens,
Heilige Erentrud, du Erzieherin der Jugend,
Heiliger Gebhard von Konstanz, du Zeuge eines lebendigen Glaubens,
Heiliger Hartmann du Beispiel der Sorge um die Priester,
Heiliger Ingenuin und heiliger Albuin, ihr Patrone Tirols und Hüter des christlichen Glaubens,
Heiliger Johannes Nepomuk, du Märtyrer für die Rechte der Kirche,
Heiliger Johannes von Capestrano, du Helfer der bedrohten Christenheit,
Heiliger Konrad von Mondsee, du Erneuerer deines Klosters,
Heiliger Leopold, du frommer und gerechter Markgraf,
Heiliger Martin, du tatkräftiger Bischof und Vorbild barmherzigen Teilens,
Heiliger Modestus, du Apostel der Karantaner,
Heiliger Rochus, Patron der Pestkranken,
Heiliger Stanislaus, du Fürsprecher unserer Jugend,
Heiliger Stefan, du König der Ungarn und ihr Führer zu Christus,
Heiliger Virgil, du Hirte voll Eifer und Gelehrsamkeit,
Heiliger Vitalis, du Fürsprecher jener, die um Lauterkeit des Herzens ringen,
Seliger Arnold Janssen, du Förderer der Mission und der Einheit der Christen,
Selige Bernhard Lichtenberg, Josef Gapp, Karl Leisner, Rupert Meyer, Otto Neururer, Georg Haffner, Märtyrer des National Sozialismus,
Seliger Engelbert Kolland, du Missionar und glorreicher Märtyrer,
Seliger Johannes Nepomuk Neumann, du Förderer der kirchlichen Schulen,
Seliger Josef Freinademetz, du Glaubensbote im Fernen Osten,
Seliger Marcel Calló, du Opfer unchristlicher Gewalt in unserer Heimat,
Selige Maria Theresia und selige Ursula Ledóchowska, ihr Frauen mit apostolischem Herzen,

alle Heiligen, bittet für uns!

Os quiere muchísimo, y os bendice,

Papá

domingo, 7 de octubre de 2007

Feliz cumpleaños que no te puedo decir

Querido hijo:

Sé que hoy es tu cumpleaños. Y no hago más que pensar en ti, en lo mucho que me gustaría haber estado contigo hoy.
También pienso en lo que hubiera deseado llamarte. Y no te he llamado porque no me dejan tener contacto telefónico contigo. No por otra cosa.
Están hoy aquí tus abuelos conmigo. Hemos hablado de ti, de cuando naciste, de los seis meses que estuvimos juntos cuando eras un bebé. De todas las experiencias de haber estado contigo, que no han sido tantas para tu padre, y menos aún para tus abuelos. Cada uno de esos momentos, por su escasez, cuenta para tu padre. Los quiero todos. Todas tus fotos, todas tus anécdotas (las que sé y las muchas más que no sé). Quisiera haberte visto crecer pero me robaron tu infancia. Lo peor no es que me robaran a mí, lo peor es que te robaron un padre. Un padre que te quiere. Un padre que esta mañana en Misa se pasó el rato pensando en ti. Que me preocupaba si la postal que te envié te habrá llegado a tiempo. Pensaba en cómo estarías, si tendrías a algunos de tus amiguitos a tu lado, si te gustaría la tarta que a buen seguro tu madre te ha preparado … Pensaba en ti, y sigo pensando en ti sin parar.
Bueno, de hecho pienso en ti y pienso en tus hermanos sin parar. Entretanto aquí seguimos con esta farsa legal, camino del año largo después de haber intentado agotar todas las demás opciones para que tuvierais padre. Pasan las semanas y los meses y me consumo para poder estar con vosotros. Las palabras no pueden acertar a expresar lo muchísimo que os echo de menos.
¿Cómo ser “buen padre” en estas circunstancias? Me quedan nada más la oración y las lágrimas. Sufrimiento que en este día ofrezco a Dios por ti, como el mejor y más preciado de mis regalos. No tengo otro. Arruinado por los abogados y los continuos viajes ni siquiera te he podido mandar algo. Pero mi corazón late contigo, hijo mío. Y con tus hermanos.
Que vuestros Santos Angeles de la Guarda os protejan en todo y que San José haga de padre para vosotros.
Un beso y feliz cumpleaños,

Papá

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Recuerdos de mis hijos (06)

Querido J:

Por más que quiero, incluso a día de hoy, no logro evitar que haya alguna que otra pelea ni algún que otro rifirrafe entre vosotros. La verdad es que sois hermanos y estas cosas no deberían pasar. Pero, misterios del Pecado Original, pasan.
El caso es que siendo tú el más pequeño recuerdo no pocas instancias en las cuales tu menor edad, menor estatura y menor fuerza no han sido óbice para que te defiendas como gato panza arriba. Generalmente, a bien decir, no sueles ser tú el que inicias las peleas (aunque tampoco estás libre de culpa).
Tu recuerdo me hace recordarme a mí mismo: yo tampoco me arredraba ante las dificultades. También plantaba cara a los que eran más grandes y fuertes que yo, aunque pagase caro mi osadía en más de una ocasión. Y tampoco era yo amigo de iniciar broncas, aunque una vez metido en faena me metía hasta atrás. O eso me cuentan.
Me parece, hijo mío, que es curioso y hasta una especie de consuelo de Dios que siendo el que jamás has pasado ningún período de tiempo relevante conmigo –porque tu madre ya nunca regresó conmigo tras darte a luz- te parezcas a mí en este detalle. Pero no es el único. Hay más cosas en las que te pareces a mí. Ya volveremos a este tópico en alguna otra ocasión, porque no deja de ser interesante.
Bueno. Llevas también el nombre de tu abuelo, de mi padre, que es un nombre poderoso. Será eso: los genes de tu abuelo … o tus Santos Patrones, que eran de armas tomar.
Un beso, campeón.
Os bendigo, a ti y a tus hermanos,

Papá

domingo, 9 de septiembre de 2007

Recuerdos de mis hijos (05)

Querido Y:

El momento de tu nacimiento fue muy especial para mí. Recuerdo a tu madre asustada por las dificultades del parto, con los dolores y contracciones que ya tenía. Recuerdo verte venir a este mundo. Tenías un montón de pelo. Y, ¡Dios mío! ¡Eras un gigante ya cuando naciste! ¡No te puedes imaginar lo mucho que sufrió tu madre para alumbrarte!
¡Qué alegría verte! ¡Qué gozo el escuchar tu primer llanto y poder constatar que respirabas a pleno pulmón! ¿Tienes idea de la felicidad de tu padre cuando te tuvo en sus manos mientras te cortaban el cordón umbilical?
No existen palabras para describir todos aquellos momentos. De todas maneras, hijo de mi vida, no puedo dejar de acordarme de los mucho que tu madre padeció durante y antes de tu nacimiento. Y eso sin contar el embarazo, que tampoco fue sencillo. Por eso, hijo mío, nunca olvides todos los sufrimientos y penalidades –que no son pocas- que tu madre padeció por traerte a este mundo.
Te quiere y te bendice a ti y a tus hermanos,

Papá

martes, 4 de septiembre de 2007

Algunas impresiones positivas

Queridos hijos:

De mi última visita a vosotros, como siempre, tengo recuerdos agridulces; pero en esta ocasión fueron un poco más dulces que agrios.
Sea como fuere lo más interesante es que poco a poco, después de que hayáis perdido mi lengua –nuestra lengua, porque también es vuestra-, y me tenga que comunicar en una lengua extranjera con vosotros, lengua que apenas hace un año he empezado a estudiar, la barrera lingüística empieza a erosionarse poco a poco. Durante las cuatro horas que estuve con vosotros hicimos no pocas cosas: jugamos al balón, corrimos juntos, al escondite, vimos 40 minutos de una película, pintamos, jugamos a juegos de mesa, aprendimos palabras nuevas, conversamos un poquito … Y tendréis que reconocer conmigo que, piano, piano, las comunicación va mejorando de mes en mes.
Y esto, para mí, es un hecho muy importante, después de que a efectos prácticos hayáis estado secuestrados de mí durante años. Ahora, con unas medidas provisorias, tenemos cuando menos la certeza de vernos una vez al mes. Y ahora, por fin, la barrera lingüística empieza a saltar por los aires. ¡Así sea!
De lo más duro fue el viaje de ida. Trabajé el día anterior y luego cabalgué toda la noche hasta llegar a un aeropuerto que me queda a demasiadas horas. Llegar allí y tener que hacer tres horas de coche. Encima de no dormir el avión llegó tarde y tuve que pisar el acelerador (lo que me ha costado una multa por exceso de velocidad).
E, hijos míos, sois un torbellino. No sé de dónde sacáis tanta energía, porque entre el no dormir y las horas pasadas con vosotros quedé exhausto.
De otras cosas agrias, de las falsas acusaciones, etc., ya hablaremos personalmente en su día. Pero también tuve mi dosis el otro día. Pero tampoco importa. Vivo ya esto como algo enojoso, como un obstáculo contra el que tengo que luchar para que vosotros y yo estemos más juntos. Con la ayuda de la Santísima Virgen y de San José todo se irá logrando. De hecho con estar las cosas mal a día de hoy, están mejor que hace unos meses. Lo que pasa es que las cosas legales van despacio. Pero, tengamos fe, se lograrán. Poco a poco.
Bueno, quiera Dios que en unos meses mi búsqueda de un nuevo trabajo me haga estar no a 14 horas de vosotros, sino quizás a 6 o menos. En breve voy a la entrevista de trabajo del primero de una lista posible de ellos. Vamos a ver en qué queda. Yo sólo sé que quiero estar más cerca de vosotros, cuanto más mejor. Y, además, cada vez será menor, D.m., la barrera de comunicación entre nosotros.
Os bendice en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,

Vuestro padre

domingo, 2 de septiembre de 2007

Goleada de 3-0

Queridos hijos:

Ayer llamó un amigo de papá a quien aprecio y quiero muchísimo y que está en mi misma y triste situación: la de ser un padre separado (y huérfano de sus hijos) muy a su pesar.
Lleva mi amigo más de cuatro años en esta situación y sus hijos –ya mayores-, que han sido infectados contra él por su madre, apenas le hablan. El caso es que ayer hubo una crisis “familiar” con los hijos de mi amigo y su madre, y acabaron en el hospital, con uno de los hijos con una crisis de ansiedad. Afortunadamente fue sólo eso y nada más. Y, en ese momento de crisis, cuando se vieron con algo que se les venía encima, llamaron a su padre. Mi amigo, el padre de ellos, acudió raudo al hospital y con un comportamiento exquisito, sin una sola palabra más alta que otra, le metió un gol a cada uno de sus dos hijos y otro, y por la escuadra, a su exmujer, quien tantísimo ha realizado para perjudicarle a él.
Se vio ayer lo que todos sabíamos: que su exmujer ha realizado un pésimo papel como madre, y no sólo por haber enfrentado a los hijos contra el padre. También que uno de los hijos, henchido de orgullo él, necesitaba una cura de humildad que ayer recibió. Y que el otro hijo, también ayer, reconoció implícitamente que su padre no era en absoluto el malo de la película, sino que su madre estaba y continuaba estando gravemente yerrada.
Goleada por 3-0, hijos míos. Han pasado muchos años para que mi amigo tuviera esta suerte de poder darse cuenta de todo esto, de palpar que no era él quien iba equivocado. Han sido muchos años de sufrimiento. Muchos ratos regados con lágrimas. Ha sido un martirio en toda regla, aunque no haya habido efusión de sangre. Su exmujer empieza a cocerse a sí misma en sus odios, sus indiferencias y sus insensateces. Y sus hijos, hartos ya de tantos odios, tantas indiferencias, no menos insensateces y no poca inmadurez, empiezan a poner a su padre en su lugar.
Os cuento esto porque en el caso de mi amigo y en el nuestro hay más de uno y más de dos paralelos.
Yo sé que me quedan muchos años de sufrimiento por vosotros. Muchas soledades amargas. Mucha sed de vosotros apenas atemperada por las lágrimas. Sé que el camino sin vosotros no va a ser fácil. Pero si al final nos reencontramos todos, sin obstáculos ni barreras, habrá sido un camino que mereció la pena recorrer. Habrá sido no una goleada de 3-0, sino una de 7-0.
Os quiere,

Papá

sábado, 1 de septiembre de 2007

Recuerdos de mis hijos (04)

Querida I:

Cuando eras pequeña tenías la costumbre de querer hablar y que te hablaran. ¡Ya eras mujer en aquel entonces, hija mía! Con 8 y 10 meses te recuerdo gritando para que te habláramos. En tu silla o en el cochecito decías “¡aaah!”, cada vez más fuerte. Hasta que conseguías tu propósito. Estabas para comerte, hija mía. ¡Con qué seguridad en ti misma te sabías el centro de atención de todos nosotros!
No sabes con cuantísima saudade recuerdo aquellos momentos en que éramos una verdadera familia. Me quedo a medio camino entre la sonrisa y la lágrima cuando me acuerdo de aquellos tiempos.
Dice tu abuela que yo también era así de pequeño. Bueno, pues en esto –aunque yo sea hombre- también nos parecemos.
Te quiere muchísimo y te bendice a ti y a tus hermanos,

Papá

miércoles, 1 de agosto de 2007

Cambio de trabajo

Queridos hijos:

Estoy haciendo todo cuanto puedo para cambiar mi trabajo y mi ubicación física de trabajo. No os voy a decir que ha sido fácil. Primero no es fácil encontrar un trabajo mejor pagado, pero ahora estoy bastante apurado con la pensión que os debo pasar y los gastos legales. Segundo pienso en vuestro futuro. Ahora sois todavía relativamente pequeños, pero en poco tiempo tendréis que ir a la Universidad. No os podré dejar nada, porque no tengo patrimonio mío ninguno, pero sí intentaré dejaros la mejor educación posible. Y ésta es cara. Tercero, quiero un trabajo que me permita dentro de lo posible estar más cerca de vosotros, con mayor accesibilidad a vosotros.
Así que hay que cambiar de trabajo. Para mí lo más difícil ha sido renunciar a ciertas cosas de mi trabajo actual, que me encanta, pero que no está suficientemente bien pagado para las necesidades que tenemos ahora. Dice J, un amigo mío que está metido en una Asociación de Padres Separados, que las prioridades cambian. J también trabaja en algo muy parecido a lo mío. Y también a él le dificultan mucho ver a sus niños.
De manera que hay que cambiar de trabajo. Con la ayuda de la Santísima Virgen y de San José podré encontrar algo para proveer mejor por vosotros. Sé que alguien cercano a vosotros os ha dicho que yo no estaba dispuesto a hacer un sacrificio por vosotros, pero esto es mentira. Los hechos están ahí y guardo prueba de todo ello para demostrároslo en un futuro cercano. Hay algo ahora que puede caer hoy mismo o mañana, si Dios quiere. No estaría mal que cayera en la Festividad, o en la Víspera, de Nuestra Señora de los Angeles.
Os echo mucho de menos. Muchísimo. Pero en todo lo que hago y todo lo que vivo estáis vosotros. Todo es por vosotros.
Os bendigo,

Papá

sábado, 28 de julio de 2007

Fátima, San Joaquín y Santa Ana

Queridos hijos:

Ayer estuve de nuevo en este lugar, que tanto significa para nosotros como familia. No dejó de ser curioso que fuera allí en la Festividad de San Joaquín y Santa Ana, los padres de la Santísima Virgen, y abuelos por tanto de Dios.
No dejé de poner a los pies de la Virgen todas vuestras necesidades espirituales y temporales. Sé que ella escuchará estas cosas. Y pedí también que vuestros abuelos, que ahora por distintas dificultades y obstáculos, no pueden veros, puedan estar con vosotros de nuevo y que vosotros podáis gozar de vuestros abuelos y de todas sus memorias, que son también vuestras. Porque esas memorias guardadas durante generaciones sobre todo en el corazón y las charlas de los abuelos también os pertenece.
Entretanto mis oraciones y mis plegarias quedaron en Fátima, donde nuestra familia nació, si se puede decir así. En realidad, y algún día os lo explicaré, sois todos un poco portugueses. Portugueses espirituales desde luego, pero de raigambre también.
Pero eso os lo contaré cuando un día que nos podamos comer un poquito de bacalhau e lulas … con um vinho verde.
Fui a Fátima fundamentalmente por vosotros. Que la Virgen allane nuestros caminos para que todos nos reencontremos en mejores situación que la que actualmente estamos viviendo.
¡Menos mal que nos queda Portugal … digo Fátima!
Muchos besos y un fuerte abrazo para todos y cada uno de vosotros.
Os quiere,

Papá

miércoles, 25 de julio de 2007

Recuerdos de mis hijos (03)

Querido J:

Recuerdo cuando fuiste concebido. Tu madre estaba un poco preocupada. La verdad es que estábamos económicamente un poco apurados, y ella tenía miedo. No sabía cómo comunicármelo. Me lo dijo con una combinación de asombro, miedo y entusiasmo. No te puedes imaginar lo muy alegre que todo esto me hizo cuando lo supe. Le di un abrazo y un beso a tu madre. Era feliz. La noticia de tu concepción me llenó de alegría.
Dicen que los niños vienen con un pan debajo del brazo. Y a fe que tú lo fuiste. Las cosas empezaron a ir económicamente un poco mejor al poco de que tú fueras concebido.
Nunca me arrepentí de teneros a vosotros tres en tan corto espacio de tiempo. De hecho, si Dios hubiera querido, hubiera tenido más.
Te bendije entonces y te he bendecido siempre. También te bendigo ahora.
Un beso y un abrazo muy fuerte, hijo mío,

Papá

martes, 24 de julio de 2007

Recuerdos de mis hijos (02)

Querido Y:

Cuando eras pequeño eras un pequeño gigante. Fuiste ya grande al nacer. ¡Y qué carácter tenías! Te recuerdo con 9-10 meses, sentado en tu sillita, alrededor de la mesa. A veces te decía “no” o te reñía. Cosa que no hiciera, porque tú –hijo mío- enseguida respondías “aahhh”, pero no de cualquier manera, sino con mala leche. En una palabra: contestándome. Eras absolutamente terrible. ¡Con qué fuerza, y con qué mala leche, contestabas! Yo me veía obligado a ponerte mala cara, porque tampoco era plan de aprobar o tolerar semejante conducta.
Luego, a solas, tu madre y yo nos reíamos y ella me contaba otras tantas trastadas que tú habías hecho durante el día … ¡y lo mal que le contestabas a ella también!
Este recuerdo todavía me hace sonreír a día de hoy.
Hoy me desperté de madrugada con una pesadilla, soñando que me llamabas y que tus grandes ojos azules estaban llenos de lágrimas. Pero eso, que volvió a calar sobre mi insomnio, es otra historia. Me quedo con el otro recuerdo, el que te he escrito hoy.
Si pudiera te daría un beso y un abrazo, hijo mío.
Y te bendigo,

Papá

sábado, 21 de julio de 2007

Recuerdos de mis hijos (01)

Querida I:

Cuando eras pequeñita te encantaba Dumbo. Ya sé que apenas te acuerdas de ello. Te encantaba que te repitiera este cuento una y otra vez. Te encantaba que me echara contigo en la cama, a tu lado, y que te contara este cuento. Te lo sabías tan bien que repetías conmigo las palabras. Si decía algo que no era “correcto”, enseguida respondías con un “noooooooooo” cuyo timbre todavía resuena en mis oídos. Me encantaba cómo lo decías.
El primer día que viste la película de Dumbo te excitaste tanto que tus piernecitas no paraban de moverse. ¡Qué recuerdo más bonito!
Te echo de menos, hija mía.
Un beso y bendiciones de tu padre,

Papá

jueves, 19 de julio de 2007

Una poesía de vosotros hacia mí (y que me autodedico)

Queridos hijos:

Cuando leí esta poesía no pude evitar que las lágrimas me vinieran a los ojos.
Es verdad, a menudo me asalta la tentación de abandonar. Mi vida es ... bueno ... no es muy buena sin vosotros que digamos. Ya hablaremos de esto cuando llegue el momento.
Eso os quería decir. Ahora estoy metido en una batalla legal horrorosa. No es contra vosotros. Ni siquiera contra mamá. Es por vosotros por lo que lucho.
Os dejo con la poesía de Julio Bronchal Camba. En su momento, cuando seáis mayores, hablaremos de esta poesía.
Y os quiero mucho, hijos míos. No me harto de decíroslo.

Vuestro padre

PAPÁ EN LUCHA

(A todos los padres que luchan por sus hijos)

Padre que estás sufriendo por amor a tus hijos:
¡¡Lucha!!
Yo te entiendo mejor que nadie,
entiendo tu desaliento,
tu desesperanza,
tu soledad, tu hastío,
pero te pido que luches.
Te pido que no abandones.
Lucha. Lucha. Lucha.
Cuando con buena intención
te digan los demás que abandones,
que te vas a destrozar,
que la tuya, la mía, la nuestra,
es una causa perdida,
que la incomprensión te va a destruir,
que te olvides de todo e inicies una vida nueva,
te pido que luches.
Cuando te digan que tengas paciencia
que te acostumbres a la injusticia,
te pido que luches.
Cuando te propongan resignación
Lucha, lucha, lucha.
Cuando te cruces por la calle
con un niño de la edad de tu hijo,
con una niña de la edad de tu hija,
y en cualquier niño reconozcas a tu hijo
y en cualquier niña reconozcas a tu hija
comprendo que aprietes los dientes,
comprendo que frunzas el ceño
para no ceder ante las lágrimas,
pero te pido que luches.
Cuando despiertes entre sollozos
soñando que tus hijos te piden verte
y tú no sabes, para no hacerles daño,
cómo explicarles la verdad,
cómo decirles que el egoísmo
y la irracionalidad os separan,
te pido que luches, que no claudiques.
Cuando te sientas pequeño, minúsculo,
ante el gigante y viscoso muro negro
de la indiferencia oficial,
de la gris burocracia,
Lucha, lucha, lucha.
Cuando compruebes amargamente que te mintieron,
que te engañaron al hablarte de igualdad ante la ley,
de la presunción de inocencia,
y sufras la humillación de estar siempre bajo sospecha,
de tener que probar continuamente tu inocencia
ante los prejuicios, las mentiras,
las injurias y las calumnias,
Te vuelvo a pedir que luches,
Te pido que levantes la cabeza altivo y luches,
que defiendas la dignidad de tu paternidad,
porque defendiéndola defiendes a tus hijos.
Te pido que pienses para tu lucha,
Te pido que trabajes para tu lucha.
Lucha de pie,
Lucha arrodillado,
Lucha gritando, exigiendo,
rogando, suplicando.
Lucha. Lucha. Lucha.
Defiende tu dignidad de padre.
Un día, cada vez más cercano,
tus hijos sabrán reconocer tu esfuerzo
y te devolverán con amor
los jirones de tu alma rota
que has ido dejando
por los caminos de la injusticia.
Lucha, lucha, lucha.
Porque tú eres el único que va a defender
el derecho de tus hijos a tenerte.
Eres el único defensor de su derecho.
Tus hijos se merecen un padre como tú,
Tú siempre serás su padre.
Tú eres único para ellos,
debes luchar para que nadie los deje sin ti.
Debes luchar, sin desánimo,
hasta tu último aliento,
hasta la última lágrima,
para que tus hijos no pasen nunca
por donde tú estás pasando.
Para que ellos nunca sufran
lo que tú estás sufriendo.
Para que tus hijos nunca penen,
lo que tú estás penando,
por el único delito
de amarlos tanto.

Vuestras fotos

Queridos hijos:

Encima de mi mesa de trabajo en casa tengo una foto vuestra. En mi despacho de trabajo tengo también otra foto vuestra. En el salón, donde como con el único comensal de la soledad, hay una foto vuestra que me acompaña. En el portátil y el fijo, en ambos, el salvapantalla son dos fotos vuestras.
¿Estoy loco? Quizás, pero no lo creo. En todos estos meses, años, de no poder veros, de dificultades para veros, me quedan los recuerdos de los pocos ratos que hemos estado juntos … y unas cuantas fotos. ¿Cómo no voy a tenerlas conmigo?
Me dice un amigo que también estuvo en una situación parecida a la mía que ser padre es amar a los hijos … en cualesquiera condiciones. O sea, que si todo lo que puedo es veros una vez cada dos meses, y con dificultad, y hago eso y me preocupo por vosotros y os mando dinero, etc., entonces os amo. Claro. Es, además, un abordaje realista del problema.
Ahora bien soy humano, y necesito estar encarnado para amar. Necesito veros, necesito sentiros a mi lado, necesito oír como respiráis cuando me voy a la cama por la noche, necesito ayudaros a levantaros cuando os caéis, necesito abrazaros cuando lloráis, necesito hasta cortaros el filete de carne en trocitos pequeñitos como sé que os gusta a vosotros, necesito hablaros y escucharos, necesito ...
Sin todo eso, y amándoos como os amo, sigo siendo un padre huérfano. Eso sí: también ese sufrimiento se lo ofrezco a Cristo en la Cruz por vosotros. ¡Y no sabéis lo que cuesta hacer ese ofrecimiento!
Os bendigo siempre,

Papá

viernes, 13 de julio de 2007

Vuestra abuela

Queridos hijos:

Es una mujer fuerte, de esas mujeres fuertes de las que habla la Biblia. No os hacéis imaginación de cuánto os quiere. Ni os hacéis imaginación de lo mucho que ella, y vuestro abuelo, también os echan de menos.
Tiene mano izquierda. Y sabe estar. Creo que son dos de sus mejores virtudes. A menudo veo que está mirando fotos vuestras mientras una lágrima también por su mejilla ya arrugada por los años.
Reza todos los días por vosotros. Y os tiene en su corazón. También ella os ama, hijos míos.
Es verdad que no tenéis a vuestro padre y a vuestros abuelos cerca. Pero todos nosotros también os amamos. Seréis un poco “huérfanos” de presencia nuestra, pero no sois huérfanos de amor. Sois amados y, si me permitís, muy amados y muy queridos.
Os bendigo y también vuestros abuelos os bendicen,

Papá

miércoles, 11 de julio de 2007

Estoy roto

Queridos hijos:

Uno de esos difíciles días sin vosotros. Muy difícil, para seros sincero. Me siento roto por dentro.
En fin, espero que todo este sufrimiento tenga algún sentido y sea para algo. Aunque yo ahora no entienda nada de nada.
Ruego por vosotros sin cesar.
Os quiere mucho,

Papá

martes, 10 de julio de 2007

Reflexiones teológicas

Queridos hijos:

Si negase estar abrumado por la circunstancia vital que estáis viviendo, con una familia rota y apartados de vuestro padre, más todo el divorcio tan duro que estamos pasando vuestra madre y yo, mentiría.
Empero un buen Sacerdote amigo mío me hacía reflexionar ayer sobre una serie de puntos:
a) sería blasfemo decir que Dios quiere todo lo que estáis pasando, pero no es menos cierto que Dios lo permite (y la voluntad permisiva de Dios también hay que tenerla en cuenta)
b) si Dios lo permite es porque de un modo u otro Él sacará un bien mayor de todo esto
c) Dios os quiere mucho más de lo que incluso vuestro padre (o vuestra madre), pobres criaturas mortales, os quieren
d) Dios se ocupa de vosotros. Y San José, al cual tantas veces imploro que os adopte en mi ausencia, también
De todo ello se infiere que aunque humanamente todo está perdido, o parece estarlo, no lo está. Lo que es imposible para los hombres para Dios no lo es. A pesar de todo estáis mejor cuidados de lo que yo pudiera pensar.
Todo lo cual no me quita un ápice de dolor, pero al menos me da un punto de paz del que en este momento carezco.
Os bendigo y pido que la Santísima Virgen –a la cual estáis consagrados- os proteja siempre,

Papá

lunes, 9 de julio de 2007

¿Qué quedó de aquel Sacramento?

Queridos hijos:

A menudo me pregunto qué quedó de aquel Sacramento entre vuestra madre y yo. Sigo pensando que la unión sacramental es algo profundísimo que las palabras humanas no pueden alcanzar a explicar porque esta unión viene de Dios.
A estas alturas ya no lo sé.
Siento, hijos míos, ¡y no sabéis cuánto lo siento!, que no recé quizás lo suficiente y no imploré a Dios Nuestro Señor el hacer efectivas y eficientes las Gracias que ese Sacramento tiene prometidas cuando las cosas iban mal en nuestro matrimonio. Y de eso, hijos míos sí que me culpo. No supe –desde este punto de vista- ser un buen marido. Recé, sí, pero quizás no lo suficiente.
Ahora hay una anulación pendiente. Dios dirá.
Siento que he fallado como marido por no haber intercedido más ante Dios por vuestra madre y por vosotros. Estoy convencido de que para ser un buen padre hay que ser un buen marido primeramente. Por esto, por no haber utilizado más los medios sobrenaturales, os pido perdón, hijos míos. Hubiera querido siempre que vuestra infancia fuese una infancia feliz en compañía de vuestros padres.
Es más, aunque sé que en el plano humano tenía razón (y ya os mostraré a su debido momento la evidencia de ello), el no haber sobrenaturalizado suficientemente mis problemas hizo, o es posible que hiciera, que nuestro matrimonio saltara por los aires. Aunque mamá haya podido tener su parte de culpa directa en todo ello yo era el cabeza de familia y, por tanto, responsable indirecto.
Creo que ya no hay mucho que hacer. El dolor me acompaña de continuo y no me lo puedo sacar de encima. Pienso que es una justa penitencia que así sea.
Nada puedo hacer por revertir y cambiar el pasado. ¡Ojalá pudiera! Ahora sí que rezo un poco más por vosotros. Al menos que siga rezando para que Dios supla en todo lo que yo os falto.
Soy yo quien os pide perdón ahora por no haber hecho toda la oración, el ayuno y el sacrificio que debí hacer para intentar salvar nuestra familia. Espero que me perdonéis y, sobre todo, que Dios me perdone.
Un beso y un abrazo muy fuerte, hijos míos,

Papá

Con criminales

Queridos hijos:

En esta última visita a Francia he tenido que sufrir la compañía de gentes con la que no hubiera querido verme mezclado. En el centro donde, digámoslo claro: gracias a las falsas denuncias de vuestra madre hacia mí, tengo que veros me encontré con otros padres (y madres) quienes tenemos que ver a los hijos en estas condiciones tan horrorosas para quienes no somos culpables de nada.
Ver a hombres con tatuajes propios de ex-presidiarios, a alguno con heridas por arma blanca en la cara o a otro con heridas de bala en el brazo no me hizo ninguna gracia. Pero mucho menos me lo hizo, hijos míos, que vosotros tengáis que exponeros a una situación así. Espero, quiero pensar, que no os disteis mucha cuenta de esto. Pero tampoco me gusta, siquiera, que tengáis que exponeros visualmente a estas cosas. Ya tuvisteis mucho que ver con el hecho de un padre comportándose mal con su compañera o ex mujer, y os quedasteis mirando aquellos dos pobres niños llorar desconsoladamente. Me partía el alma.
Me partió el alma la niña S, que se acercó a vosotros para jugar, escapando un poco de sus padres. Me sorprendió que una criatura con 6 años pudiera haber desarrollado estas estrategias de supervivencia. Pero yo os garantizo que ni vuestro padre ni vuestra madre han hecho este tipo de cosas. Mamá se ha equivocado grandemente al acusarme falsamente de lo que me ha acusado, pero no me cabe la menor duda de que os quiere mucho y está dispuesta a ir al fin del mundo por vosotros. No sé si ella es consciente de las consecuencias de sus actos. A menudo pienso que no, o no del todo. Pero vuestra madre os quiere. Y yo también os quiero.
Cuando seáis mayores y podáis mirar en retrospectiva estas cosas, tened en cuenta estas líneas, todavía escritas con estas vivencias martilleándome el alma.
Hay compañías que no me gustan. Y no me gustan porque algunas de estas compañías son contrarias a la práctica de la virtud, que tanto os intento inculcar. “A fuerza de verlo todo acaba uno por acostumbrarse a todo”, decía San Agustín. Pues eso, que hay cosas a las que de ninguna manera quiero ni que os acostumbréis ni que empecéis a verlas como normales.
Os quiere muchísimo y os bendice una vez más,

vuestro padre

jueves, 5 de julio de 2007

También es vuestro pueblo

Queridos hijos:

En mi última visita al pueblo del que soy –somos- oriundos pensaba y repensaba mis sensaciones, los olores, los sabores, los pensamientos y recuerdos que todo aquello evocaba. Cada vez que regreso a mis raíces me encuentro bien. Me encuentro mejor. Hasta el dolor por no teneros cerca amaina un poco. Es algo difícil de explicar, pero allá siento que estoy en mi sitio, entre los míos.
Me encanta el poder volver a montar a caballo, el pensar en volver a salir de caza, el estar con los míos (que son los vuestros) y donde os puedo garantizar que siempre tendréis acomodo porque sois los únicos miembros de la familia con los que ellos no tienen contacto, pero os tienen en sus corazones y en sus pensamientos. Puedo aseverarlo de veras y lo hago con la boca llena gloriándome, y dando gracias a Dios, por la familia que tengo, es decir, por la familia que tenéis.
Me gustaría enseñaros esta comarca de la que soy, de la que somos. Los rincones. Nuestros rincones. Mostraros aquellos rincones donde pescar bien, aquellos donde podría enseñaros a montar en moto ... Aquellos sitios que son buenos para pensar. Los muchos –y buenos- lugares para poder comer bien. Enseñaros mi pasado, vuestro pasado, que está indisolublemente ligado a aquellas tierras. Mis partidos de fútbol, mis galopadas en bicicleta de niño. Volver a jugar con vosotros al fútbol y volver a montar en bicicleta juntos. Al volver allí soy yo de nuevo, se cierra el círculo de mi vida. Pero para que halla “completez” me faltáis vosotros.
Pero ese sitio, vuestros genes, vuestra familia paterna, vuestros familiares, el pasado directo de vuestro padre y abuelos es, también, vuestro pueblo. Habremos de recorrerlo y explorarlo algún día.
Que la Santísima Virgen os proteja siempre y que San José supla la falta de paternidad que ahora tenéis como solo él puede hacerlo.
Os quiere muchísimo,

Papá

Ganas de estar con vosotros

Queridos hijos:

Otra semana que ha pasado rapidísimo con viajes varios, problemas con el coche, visitas de vuestras tías L e I –desde las Españas argentinas, burocracia a go-gó, etc.
Bueno, pues sigo pensando en vosotros. En todo momento, en todo tiempo y en todo lugar.
Y ahora, si Dios quiere, nos veremos ya el próximo sábado. ¡Qué ganas tengo de estar con vosotros!
Un beso para todos vosotros. Mis bendiciones.

Papá

jueves, 28 de junio de 2007

Un padre muy huérfano

Queridos hijos:

Creo que hoy hago más justicia a mi “nick” que nunca. No sabéis, no os podéis imaginar, lo perdido –lo enormemente huérfano- que estoy sin vosotros. También en la Parábola del Hijo Pródigo el Padre iba todos los días a lo alto, a otear si volvía el hijo perdido. Y da la sensación de que el padre, imagen de Dios Nuestro Señor, tenía cierto desasosiego, cierta zozobra.
Pues eso. Que os quiero. ¿Qué otra cosa puedo deciros?
Un abrazo para todos y renuevo todas y cada una de vuestras consagraciones al Inmaculado Corazón de María,

Papá

miércoles, 27 de junio de 2007

Nanas de la cebolla

Queridos hijos:

Uno de mis poetas favoritos es Miguel Hernández. El escribió estas nanas de la cebolla. Y creo que está bastante claro en la poesía que Miguel Hernández es un padre que en este momento no es capaz de ver a su hijo. Yo tampoco os puedo ver a vosotros y, en buena manera, los sentimientos son compartidos. Así que en esta noche de luna llena os dedico estas nanas que me gustaría leeros suavemente, con esa eufonía y la claridad de este idioma mío que sólo –quizás- aprendáis de mayores porque de momento lo habéis perdido.
Desearía componeros poesías tan bellas como esta. Pero, en fin, en el cajón secreto tengo varios sonetos dedicados a vosotros.

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma al oírte
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan lato,
tan extendido,
que tu carne es el cielo
recién nacido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa ni
lo que ocurre.

Por lo demás, hijos míos, os quiero muchísimo. Y os bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,

Vuestro padre

martes, 26 de junio de 2007

Mi peculiar manera de amaros

Queridos hijos:

Nueva llamada de mi abogado.
Hay algo positivo, más por vosotros que por mí. Poco a poco algunas cosas que mamá dijo sobre mí (y de las que os ha contaminado) se van demostrando falsas. Ya os explicaré cuando seáis mayores, con los papeles judiciales en la mano, cómo empezó todo este desagradabilísimo tema y cómo se fue desarrollando. Mi abogado –que me cuesta un riñón- sigue planteando una batalla inteligente. El problema: va muchísimo más lento de lo que yo quisiera.
Por la parte negativa, la que más me duele en estos momentos, es que incluso ganando esta querella criminal que tengo contra mamá (y que es entre ella y yo, hijos míos, pues sé que ha sido y es en líneas generales una buena madre contra vosotros con la excepción de poneros en mi contra), pasarán fácilmente casi dos años hasta que pueda veros en mejores condiciones y más tiempo.
Yo no os quiero alejar de mamá. Todo lo contrario. Quiero que améis y que respetéis mucho a vuestra madre. No os hacéis ni idea de las muchas penalidades que ha pasado durante vuestros embarazos para traeros a este mundo. Respetadla siempre porque se entregó a vosotros. Creo que a veces los errores que ha cometido es porque tenía miedo de perderos, que estaba un poco asustada quizás.
En un foro del internet leí esto:

“Mejor luchar y perder que no haber luchado. Todo padre que ha luchado "gana" un status ante si mismo muy deseable. Y puede llevarse sorpresas (habitualmente extrajudiciales) que criar hijos en solitario es duro.”

Yo sólo quiero deciros, hijos míos. Sigo luchando cuando ya ni las fuerzas ni la economía me da para ello por vosotros. Para que pueda estar más a vuestro lado. Es una peculiar manera de manifestaros mi amor hacia vosotros. Siento, también, que como decía este hombre al que he citado, es un deber el luchar por vosotros.
Portaros bien con mamá. He sabido por alguien de fuera de la familia que últimamente no os estáis portando como deberíais ni en casa ni en el colegio.
Mis bendiciones,

Papá

domingo, 24 de junio de 2007

Mi norte sois vosotros

Queridos hijos:

La vida me demuestra una y otra vez que mi norte sois vosotros. Aquí estoy, hijos míos. No tenéis otro padre ni yo tengo otros hijos.
Buenas noches, corazones.
Os bendigo siempre y siempre ruego a San José que os proteja y que os guíe,

Papá

Vuestro abuelo

Queridos hijos:

Como esta bitácora va a ser a largo plazo, me planteo proyectos –si bien humildes- a largo plazo con ella.
Algo de lo que habré de hablar es de recuperar cierta memoria. Memoria de familia. Veréis. Papá se crió en la misma casa donde había tres generaciones, y con mucho contacto con todos mis tíos y primos, con mi otra abuela (a mi otro abuelo, el que se llamaba como yo), etc. Siempre fuimos y somos, a Dios gracias, una familia muy unida.
Vuestro abuelo es un anciano ya. No te puedes imaginar al principio, querida I, cómo te quería tu abuelo y lo mucho que se volcaba contigo cuando íbamos a España o cuando venían tus abuelos a vernos. Contigo, Y, también. ¡Qué orgullo de abuelo destilaba tu abuelito cuando estaba contigo! A ti, J, sólo ha podido verte una vez. Pero no sabes lo mucho que te quiere también.
Tenéis la suerte de criaros al lado de vuestros otros abuelitos. Y no tenéis la suerte de tener todo el contacto que yo querría con vuestros otros abuelos. Por eso os quiero hablar un poquito de él.
Vuestro abuelo es un hombre sólido, una roca de la familia. Así ha sido siempre. A veces un poco hosco, pero cuando seáis mayores aquí en el norte de España a veces somos un poco así, secos. Pero, ¡vive Dios!, que no era seco con vosotros. Con los nietos perdía cualquier atisbo de sequedad. ¡Cómo ha sufrido con la separación de mamá y papá! ¡Cómo ha sufrido no pudiéndoos ver! Pero os quiere y nunca ha dejado de rezar el Rosario sin teneros en sus intenciones.
Poco a poco os iré contando cosas de vuestro abuelo. Y anécdotas muy sabrosas. Un hombre de estirpe castellana, muy romano, grave. Adornado incluso de cierta serenitas. Siempre cabal. Siempre sabio. Ese es vuestro abuelo.
Os bendigo esta noche una vez más, y me imagino que os conté esto al lado del fuego en esta noche fresca.
Os quiere mucho,

Papá

miércoles, 20 de junio de 2007

Si de mí dependiera ...

Queridos hijos:

No os lo he dicho. Ni siquiera puedo decíroslo. Pero si de mí dependiera y yo pudiera (y hablase mejor este francés que tanto se me atraganta) mañana mismo renunciaba a mi trabajo aquí y mañana mismo me iba a trabajar a Francia, cerca de vosotros.
No podéis imaginaros lo poco que me importa mi trabajo y mi carrera profesional. Cada día menos. Sólo quiero estar a vuestro lado cuando me necesitéis. Sabed que haré lo que esté en mis manos para que podamos estar juntos. Si esto significa que he de marcharme a Francia y apechar con un trabajo peor remunerado o uno que me guste menos, no me importa.
Os quiero muchísimo,

Papá

Insomnia ... y buenos días

Queridos hijos:

No pude dormirme hasta las 4:30 de la madrugada. Pensé en vosotros. Y sé que me hubiera gustado entreabrir las puertas de vuestros dormitorios y ver que dormíais plácidamente y que estabais bien. Creo que eso, incluso, me hubiera ayudado a dormir.
Bueno. Arranco con un poquito de retraso hoy, pero en todo momento estáis conmigo. En mi pensamiento, en mi corazón y en mis oraciones. Seguimos estando juntos, aunque por ahora sólo pueda ser espiritualmente.
Un beso. Portaros bien en el colegio.

Papá

Maneras de amar

Queridos hijos:

Mi último viaje a Francia ha sido una locura. No os he visto, pero me he quedado a unos 5 kms de vuestra nueva casa. Todos los días pasaba por allí a la hora que más o menos sospecho que os acostáis y os daba mi bendición desde el coche. Ya ni siquiera sé cuáles son vuestras ventanas. Me parte el alma estar tan cerca y tan lejos de vosotros al mismo tiempo.
Durante dos días he necesitado a mi abogado, 8 y 5 horas respectivamente. Sólo espero que comprendáis que para mí este nivel de conflicto es tan desagradable como para vosotros. Sé que estáis sufriendo mucho. Y, por vuestra edad, tampoco podéis entender por qué. Quisiera simplemente que comprendierais que si hago este esfuerzo legal, que va acompañado de un sacrificio económico importante, es por vosotros. Para que estéis mejor. Para que volvamos a estar juntos.
Por fin parece que al menos en esta primera fase podremos vernos. En algún momento de la primera quincena de Julio. Esto me llena de esperanza. Es muy poco. Es, de hecho, poquísimo. Pero es un primer paso.
Os quiero. Y os mando mi bendición esta noche también.

Vuestro padre

martes, 12 de junio de 2007

Viajes y lucha

Queridos hijos:

Ayer, hoy y mañana van a ser días duros para mí. Cuando vuelvo del trabajo, y vengo cansado estos días, tengo que hacer montones de cosas para la preparación de la siguiente batalla legal, que tenemos el jueves y el viernes. No sabéis lo humillante que es para mí, pero lo sufro con gusto sabiendo que es por vosotros. Tenéis derecho a un padre. Y os garantizo que tenéis un padre que os quiere.
A mí me duele todo esto. Sois pequeños todavía y no podéis comprender cómo dos adultos que un día se quisieron pueden tener este nivel de conflicto. Pero, tranquilos, hijos míos: todo pasará. Y, además, seguís teniendo el amor de vuestra madre y el amor de vuestro padre.
Tengo que preparar todo. Los viajes, por carretera y por avión, durante la noche me muelen. La maleta, los papeles, que todo vaya organizado. El coche de alquiler, los viajes por Francia. Las reuniones interminables con mi abogado. Sólo me consuela que quizás, esta vez sí, después de cuatro meses sin veros, consiga veros este fin de semana. Pero si no os veo, no voy a aflojar y seguiré luchando. Cuando seáis un poco mayores y leáis esto al menos os daréis cuenta de que si lucho por vosotros sufriendo estas penalidades es porque os amo. Es triste que el amor que os tengo sólo lo pueda expresar de esta manera. Pero también esto es amor.
Un beso y mis bendiciones una vez más,

Papá

lunes, 11 de junio de 2007

Bendición

Queridos hijos:

Es tardísimo. Me gustaría entrar en vuestro cuarto, veros dormir y daros mi bendición.
No puedo. Lo sé. Pero os doy mi bendición. Que vuestros Ángeles de la Guarda os guarden.
Un beso y un abrazo grande para todos,

Papá

domingo, 10 de junio de 2007

Corpus Christi 2007

Queridos hijos:

Esta mañana, mientras la Santa Misa, pensaba en vosotros. Me hubiera gustado estar con vosotros en Misa, más todavía en esta Solemnidad del Corpus Christi. Siempre fue en Jueves, aunque ahora estos destructores de festivales de Dios lo pasaron a un domingo. En vuestra Patria, en España, y de labios de vuestra abuela, yo escuchaba esto de niño:

“Tres jueves hay en el año
que brillan más que el sol:
Jueves Santo, Corpus Christi
y el día de la Ascensión”

Creo que en realidad es “relucen”, y no “brillan”, pero vuestra abuela cometía este error y hasta con error os lo transmito. Estas son las Fiestas, además, del pueblo de vuestro abuelo, al cual me siento tan unido. Espero que algún día las pasemos juntos … aunque va a costar explicaros por qué la Fiesta de los toros es una cosa tan bonita. ¿Quién sabe? Algún día hasta quizás podamos estar sentados juntos en las Ventas durante un San Isidro. Aunque a mí me sigue gustando la afición de Bilbao, a la que respeto como los mejores en esto de los toros, al menos para vuestro padre. Ahora bien, en Francia, los del sur, son absolutamente serios con el tema de los toros, cosa que no sucede de este lado de los Pirineos.
Volviendo al tema de la Misa esta mañana me hubiera gustado a ti, J, seguirte enseñando a hacer la señal de la cruz. Espero, Y, que esta vez te hayas portado un poco mejor en Misa. Y a ti, I, no te digo nada, porque sé que eres muy buena durante la Santa Misa. De todos modos durante la Consagración ya sabéis que estáis siempre conmigo, en lo más profundo de mi alma.
Ya sabéis que siempre rezo a San José para que os cuide mucho.
Mi mayor alegría es que es la segunda vez que he recibido noticias vuestras en 8 meses, y sé que estáis bien. Ni os imagináis cuanto me alegra saber que estáis bien. Por cierto, I, he recibido tu última evaluación escolar. Enhorabuena por las notas, hija mía, pero espero que mejores tu comportamiento.
Os quiere,

Vuestro padre

Estimados lectores

Estimados lectores:

No sé qué os habrá traído hasta este humilde rincón del ciberespacio ni cómo habéis llegado hasta aquí.
Digamos que me llamo Santiago, aunque éste no sea mi verdadero nombre. Digamos que tengo en torno a cuarenta años. Digamos que tengo varios hijos. Digamos que mi ex mujer –una ciudadana francesa- me abandonó, tomó los hijos con ella y luego se divorció de mí. Digamos que durante varios años ella ha puesto a los hijos en mi contra. Digamos que ahora tengo muchas dificultades para acceder a mis hijos. Digamos que soy un católico de las Españas.
Otras cosas que pudiéramos decir … ya se irán diciendo Dios mediante.
Esta bitácora, como dije en el primer post, no es más que un diario abierto a mis hijos.
¿Por qué abierto? Pues para que vosotros, estimados lectores, seáis testigos mudos de que este padre no olvida a sus hijos. Los ama con locura, aunque no les pueda expresar este amor en el día a día. Es un diario íntimo para ellos, pero daréis fe de que nunca dejé de amarles, aunque su madre a veces, y erróneamente, se empeñe en intentar convencerles de lo contrario.
Que la Santísima Virgen os bendiga en este domingo tan especial tras el Corpus Christi. Sed bienvenidos y muchas gracias por vuestra visita,

Santiago

Queridos hijos

Queridos hijos:

Comienza aquí esta bitácora que es, fundamentalmente para vosotros. Ahora que el divorcio de papá y mamá nos ha separado, que sepáis que mis pensamientos están todo el día con vosotros.
Sé que la distancia geográfica nos separa mucho. Quizás demasiado. Pero también sabed que vuestro padre os ama y os amará siempre, en todo tiempo, en todo lugar, incondicionalmente.
Ojalá que esta separación que vuestro padre no quiso ni nunca deseó sea una barrera que algún día superemos juntos.
Vuestro padre, que es huérfano de vosotros, y os quiere sin cesar,

Papá