martes, 24 de julio de 2007

Recuerdos de mis hijos (02)

Querido Y:

Cuando eras pequeño eras un pequeño gigante. Fuiste ya grande al nacer. ¡Y qué carácter tenías! Te recuerdo con 9-10 meses, sentado en tu sillita, alrededor de la mesa. A veces te decía “no” o te reñía. Cosa que no hiciera, porque tú –hijo mío- enseguida respondías “aahhh”, pero no de cualquier manera, sino con mala leche. En una palabra: contestándome. Eras absolutamente terrible. ¡Con qué fuerza, y con qué mala leche, contestabas! Yo me veía obligado a ponerte mala cara, porque tampoco era plan de aprobar o tolerar semejante conducta.
Luego, a solas, tu madre y yo nos reíamos y ella me contaba otras tantas trastadas que tú habías hecho durante el día … ¡y lo mal que le contestabas a ella también!
Este recuerdo todavía me hace sonreír a día de hoy.
Hoy me desperté de madrugada con una pesadilla, soñando que me llamabas y que tus grandes ojos azules estaban llenos de lágrimas. Pero eso, que volvió a calar sobre mi insomnio, es otra historia. Me quedo con el otro recuerdo, el que te he escrito hoy.
Si pudiera te daría un beso y un abrazo, hijo mío.
Y te bendigo,

Papá

No hay comentarios: