domingo, 16 de diciembre de 2007

Una notificación

Queridos hijos:

Me ha llegado la notificación final de petición de divorcio por parte de vuestra madre. Una notificación que, una vez más –a pesar del tiempo que llevamos separados-, me llena de tristeza. Verdades a medias, e incluso contradicciones, salpican esa demanda.
Lo peor no es eso. Lo peor es que vuestra madre sigue dificultándome y queriéndome poner dificultades para veros. Con las reglas tan injustas de las leyes modernas es posible que vuestra madre gane y yo no pueda veros ni tanto como quiero ni en las condiciones que quiero. Y esto me llena de mucha tristeza porque lo único a lo que aspiro es, precisamente, a estar con vosotros el mayor tiempo posible.
Seguiré luchando por vosotros, hijos míos. Y si lo único que queda al final de todo esto es la prueba, verificable mediante documento legal, de que he luchado por vosotros, pues eso será todo. Habré luchado y habré luchado el buen combate.
Quizás, cuando seáis mayores, podréis entender todo esto. Yo sigo sin poder entender que una madre ponga dificultades para que sus hijos tengan a su padre.
Os quiero muchísimo. Cada día más.

Papá

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