martes, 4 de septiembre de 2007

Algunas impresiones positivas

Queridos hijos:

De mi última visita a vosotros, como siempre, tengo recuerdos agridulces; pero en esta ocasión fueron un poco más dulces que agrios.
Sea como fuere lo más interesante es que poco a poco, después de que hayáis perdido mi lengua –nuestra lengua, porque también es vuestra-, y me tenga que comunicar en una lengua extranjera con vosotros, lengua que apenas hace un año he empezado a estudiar, la barrera lingüística empieza a erosionarse poco a poco. Durante las cuatro horas que estuve con vosotros hicimos no pocas cosas: jugamos al balón, corrimos juntos, al escondite, vimos 40 minutos de una película, pintamos, jugamos a juegos de mesa, aprendimos palabras nuevas, conversamos un poquito … Y tendréis que reconocer conmigo que, piano, piano, las comunicación va mejorando de mes en mes.
Y esto, para mí, es un hecho muy importante, después de que a efectos prácticos hayáis estado secuestrados de mí durante años. Ahora, con unas medidas provisorias, tenemos cuando menos la certeza de vernos una vez al mes. Y ahora, por fin, la barrera lingüística empieza a saltar por los aires. ¡Así sea!
De lo más duro fue el viaje de ida. Trabajé el día anterior y luego cabalgué toda la noche hasta llegar a un aeropuerto que me queda a demasiadas horas. Llegar allí y tener que hacer tres horas de coche. Encima de no dormir el avión llegó tarde y tuve que pisar el acelerador (lo que me ha costado una multa por exceso de velocidad).
E, hijos míos, sois un torbellino. No sé de dónde sacáis tanta energía, porque entre el no dormir y las horas pasadas con vosotros quedé exhausto.
De otras cosas agrias, de las falsas acusaciones, etc., ya hablaremos personalmente en su día. Pero también tuve mi dosis el otro día. Pero tampoco importa. Vivo ya esto como algo enojoso, como un obstáculo contra el que tengo que luchar para que vosotros y yo estemos más juntos. Con la ayuda de la Santísima Virgen y de San José todo se irá logrando. De hecho con estar las cosas mal a día de hoy, están mejor que hace unos meses. Lo que pasa es que las cosas legales van despacio. Pero, tengamos fe, se lograrán. Poco a poco.
Bueno, quiera Dios que en unos meses mi búsqueda de un nuevo trabajo me haga estar no a 14 horas de vosotros, sino quizás a 6 o menos. En breve voy a la entrevista de trabajo del primero de una lista posible de ellos. Vamos a ver en qué queda. Yo sólo sé que quiero estar más cerca de vosotros, cuanto más mejor. Y, además, cada vez será menor, D.m., la barrera de comunicación entre nosotros.
Os bendice en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,

Vuestro padre

No hay comentarios: