Queridos hijos:
Son las cuatro de la mañana (casi). Sigo sin dormir. He rezado. He visto película tras película. Me he tratado de relajar. Nada. Sigo insomne.
Estáis conmigo todo el rato. Creo que si pudiera veros dormir plácidamente un momento mi insomnio desaparecería. Ni un solo momento estáis fuera del centro de mi pensamiento, de mi corazón y de mi querer.
Os quiero mucho. Muchísimo.
Ahora seguid durmiendo, ángeles míos.
Voy a seguir rezando un poco por vosotros. Que San José os cuide.
Un beso y un gran abrazo,
Papá
jueves, 15 de noviembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario