miércoles, 14 de noviembre de 2007

Alienación parental

Queridos hijos:

Hace poco mi abogado ha pedido más información sobre la situación entre vuestra madre y yo antes y después de nuestra separación. Toda la información de la entrada de hoy está, con más claridad y con nombres y fechas y referencias a los documentos pertinentes, en la correspondencia con mi abogado.
No esperéis jamás de mí que ni en privado ni en público yo ataque a vuestra madre por los asuntos entre ella y yo. Es vuestra madre y quiero que respetéis y améis a vuestra madre como se debe. Sin embargo hay cosas que os afectan a vosotros. Ahí no puedo callar, sobre todo porque algunas tienen una implicación pública.
Algún día, si Dios quiere, hablaremos de este concepto de la "alienación parental", que algunos consideran hasta un síndrome. Si es síndrome o no, dejémoslo de lado. El caso es que existe. Y el caso es que a vosotros os han alienado de mí (como a mí me han alienado de vosotros).
El contexto en que se da esta alienación parental es uno en el que vuestra madre reclama dinero y altas pensiones. Como guardo recibos de todos mis ingresos y gastos (y el capítulo peor es el de los gastos legales y los viajes para ver al abogado) ya os demostraré la situación en que me he encontrado en el último año. Vuestra madre, por otro lado, exige un alto grado de responsabilidad por mi parte (sobre todo la pecuniaria) pero no me permite ejercer la autoridad paternal que me corresponde en modo alguno; todo lo cual se demuestra mediante:

1. La existencia de falsas acusaciones (ya os explicaré la naturaleza y forma de las mismas) en el contexto de un divorcio acrimonioso que:
i. La Gendarmería no parece tener diligencia en investigar a pesar de mis múltiples ofrecimientos, en persona y por carta, por parte mía y de mi abogado. Las pruebas están guardadas y a vuestra disposición, aparte de las múltiples llamadas de la Señora FJ, ya que mi francés, como bien sabéis, es todavía básico.
ii. De esas falsas denuncias no hubo jamás denuncia previa de las mismas. La prueba es, precisamente, la ausencia de prueba.
iii. Las únicas "pruebas" concretas son vuestras pretendidas “declaraciones”. Por vuestra edad es muy fácil llenaros la cabeza de memorias implantadas, que son falsas memorias. La prueba son vuestras declaraciones a la Gendarmería, pero declaraciones con tales inconsistencias que la Gendarmería ahora ya no quiere ni investigar. Es más, me dicen que si en Francia hay algo cierto, son extremadamente raudos en investigarlo. Bien, pues ya llevamos ya 10 meses sin que lo hagan.
iv. Estas falsas memorias implantadas, harto fáciles de realizar entre las edades de 3 y 8 años, ejercen un daño psicológico considerable sobre vosotros. La literatura científica prueba el daño que pueden hacer y yo me desgarro interiormente todos los días pensando en cómo puedo minimizar todo esto.
v. Vuestra madre no repite estas falsas denuncias en su demanda de divorcio, pero sí lo hizo ante la Juez en la primera vista. Si hubieran sido verdad, ¿por qué las calla?
vi. Vuestro padre no tiene antecedentes legales de ningún tipo, menos de agresión. La prueba, una vez más a vuestra disposición, son los certificados penales.
2. He tenido que batallar durante casi dos años para poder tener un contacto regular con vosotros. Por culpa de esas falsas acusaciones ahora me obligan a veros en un centro vigilado, durante 4 horas al mes como máximo, y no nos es posible ir a sitios juntos, realizar actividades tales como visitar juntos lugares de interés, parques científicos, etc., incluso que podáis tener contacto con vuestros abuelos y familiares, etc. Esto no necesito probarlo, porque vuestro propio testimonio es mi prueba.
3. Estas falsas acusaciones me han ocasionado numerosos y enojosos problemas en el ámbito laboral. Psicológicamente he sufrido mucho estrés, y lo sigo sufriendo, hasta que el asunto quede totalmente sustanciado, porque hasta que no pueda veros un montón de tiempo y de manera mínimamente normal, no dejaré de estar angustiado. También os aportaré pruebas a este respecto.
4. Vuestra madre rechazó cualquier tipo de mediación familiar, que me pareció siempre el mejor modo de resolver las diferencias entre ella y yo con el menor coste económico para ambos pero, sobre todo, con el menor coste emocional y psicológico para vosotros. La prueba es la negativa de vuestra madre para solventar este asunto mediante terapia de familia y de modo amigable, tal cual yo le propuse y tal cual el Juzgado le propuso. Ella se negó y hay constancia documental de esto.
5. Vuestra madre no ha contestado mis cartas ni envía información sobre vosotros, a veces incluso durante meses seguidos. El seguimiento de las fechas de la correspondencia da fe de ello, como múltiples testigos. Vuestra abuela materna me prohibió en Noviembre del 2005 que os llamara allí “porque el teléfono no es de [vuestra] madre”. En el último año os habéis mudado de residencia, pero vuestra madre se ha negado sistemáticamen a facilitarme el teléfono de vuestra casa para que os llame, e incluso ha sido nulamente colaboradora con mi propuesta de compraros un teléfono móvil hasta el punto de decir que, de tenerlo disponible, sólo lo tendría conectado unos minutos a la semana. Asimismo vuestra madre se ha negado a contactar por correo electrónico durante años (sólo 3 correos electrónicos desde Julio del 2007), utilizando el correo electrónico de vuestra tía, y se ha negado repetidamente a proporcionar un número de teléfono donde yo pueda contactar con mis hijos. En otras palabras, hijos míos, vuestra madre no sólo no me facilita contactos con vosotros, sino que de manera pasiva los obstruye.
6. Siempre he inicidado yo todas las comunicaciones con vuestra madre, pues ni una sola vez en cuatro años las ha iniciado ella de modo espontáneo (ni por teléfono, ni por carta, ni por correo electrónico). Las pruebas son obvias: fechas de cartas y correos electrónicos y el contenido de las mismas. Todas sus comunicaciones son siempre en respuesta a mías anteriores.
7. El año pasado vuestra madre no me envió ni un solo informe escolar vuestro o copia del mismo, ni comentario alguno por escrito, sobre vosotros. Ni evaluación escolar ni nada sobre problemas escolares, etc. Hasta el punto de que yo debí tomar acción y escribir yo mismo a la escuela para averiguar sobre vuestra evolución escolar y personal de mis hijos. La prueba es la correspondencia y el testimonio de la Directora de vuestra antigua escuela.
8. Vuestra madre intenta tomar decisiones por su cuenta (p. ej., llevaros a escuelas que yo no autorizo) cuando sigo teniendo la Patria Potestad compartida (“autoridad conjunta”) sobre vosotros. La prueba fue la consulta legal con mi abogado (recogida documentalmente), quien me indica los pasos a realizar, para abortar el intento de llevaros a a otra escuela de otro país (alejandoos de mí) y sólo acepta mi reacción cuando le indico a vuestra madre que habrá de atenerse a las consecuencias legales.
9. Vuestra madre no me informa de los sitios o personas, fuera de vuestros familiares y parientes allegados, donve vais o estáis. Por ejemplo tú, querida hija, estuviste durmiendo una vez por semana (que yo sepa) en casa de unos extraños que eran los padres de una compañera tuya de la escuela. A pesar de que pedí que me facilitara la dirección y número de teléfono donde estáis –siempre que estáis fuera de casa-, vuestra madre se ha negado a dármela o, por mejor decir, simplemente no me la da.
10. Sigo sin tener manera de comunicarme con vosotros en caso de emergencia o necesidad (p. ej., estuve ingresado en la Unidad Intensiva de Cuidados Coronarios en Agosto del 2006, con peligro de muerte, y no pude comunicarme con vosotros) por la obstrucción pasiva a la comunicación por parte de vuestra madre y la inexistencia de un número de teléfono al que llamar (a pesar, insisto, de mi ofrecimiento de un teléfono móvil para que yo pueda llamaros, que ella dice que “sólo tendría conectado cuando yo fuera a llamar ... si puede”).
11. Vuestra madre adopta conductas peligrosas para vuestra salud de nuestros hijos, como no vacunaros en absoluto, basada en peligrosas tendencias de pensamiento mágico sin base científica alguna. Y yo no estoy de acuerdo con esto. Vale con lo de vacuna MMR, aunque ulteriores investigaciones no han logrado probar algunas de las sospechas iniciales, pero ... ¿y el resto del calendario vacunal?

Pues para que quede constancia, porque todo esto es alienación parental.
Lo siento, hijos míos, pero de estas cosas es mejor dejar constancia por escrito. Lucho todo lo que puedo para que mi relación con vosotros sea más normal. Jamás penséis ni por un momento que vuestro padre os abandonó. Jamás. Lucho, precisamente, para que no os sintáis abandonados por vuestro padre.
Os quiero muchísimo y os mando muchos besos y bendiciones,

vuestro padre

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