jueves, 28 de junio de 2007

Un padre muy huérfano

Queridos hijos:

Creo que hoy hago más justicia a mi “nick” que nunca. No sabéis, no os podéis imaginar, lo perdido –lo enormemente huérfano- que estoy sin vosotros. También en la Parábola del Hijo Pródigo el Padre iba todos los días a lo alto, a otear si volvía el hijo perdido. Y da la sensación de que el padre, imagen de Dios Nuestro Señor, tenía cierto desasosiego, cierta zozobra.
Pues eso. Que os quiero. ¿Qué otra cosa puedo deciros?
Un abrazo para todos y renuevo todas y cada una de vuestras consagraciones al Inmaculado Corazón de María,

Papá

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