Queridos hijos:
Es tardísimo. Me gustaría entrar en vuestro cuarto, veros dormir y daros mi bendición.
No puedo. Lo sé. Pero os doy mi bendición. Que vuestros Ángeles de la Guarda os guarden.
Un beso y un abrazo grande para todos,
Papá
lunes, 11 de junio de 2007
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