jueves, 28 de junio de 2007

Un padre muy huérfano

Queridos hijos:

Creo que hoy hago más justicia a mi “nick” que nunca. No sabéis, no os podéis imaginar, lo perdido –lo enormemente huérfano- que estoy sin vosotros. También en la Parábola del Hijo Pródigo el Padre iba todos los días a lo alto, a otear si volvía el hijo perdido. Y da la sensación de que el padre, imagen de Dios Nuestro Señor, tenía cierto desasosiego, cierta zozobra.
Pues eso. Que os quiero. ¿Qué otra cosa puedo deciros?
Un abrazo para todos y renuevo todas y cada una de vuestras consagraciones al Inmaculado Corazón de María,

Papá

miércoles, 27 de junio de 2007

Nanas de la cebolla

Queridos hijos:

Uno de mis poetas favoritos es Miguel Hernández. El escribió estas nanas de la cebolla. Y creo que está bastante claro en la poesía que Miguel Hernández es un padre que en este momento no es capaz de ver a su hijo. Yo tampoco os puedo ver a vosotros y, en buena manera, los sentimientos son compartidos. Así que en esta noche de luna llena os dedico estas nanas que me gustaría leeros suavemente, con esa eufonía y la claridad de este idioma mío que sólo –quizás- aprendáis de mayores porque de momento lo habéis perdido.
Desearía componeros poesías tan bellas como esta. Pero, en fin, en el cajón secreto tengo varios sonetos dedicados a vosotros.

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma al oírte
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan lato,
tan extendido,
que tu carne es el cielo
recién nacido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa ni
lo que ocurre.

Por lo demás, hijos míos, os quiero muchísimo. Y os bendigo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,

Vuestro padre

martes, 26 de junio de 2007

Mi peculiar manera de amaros

Queridos hijos:

Nueva llamada de mi abogado.
Hay algo positivo, más por vosotros que por mí. Poco a poco algunas cosas que mamá dijo sobre mí (y de las que os ha contaminado) se van demostrando falsas. Ya os explicaré cuando seáis mayores, con los papeles judiciales en la mano, cómo empezó todo este desagradabilísimo tema y cómo se fue desarrollando. Mi abogado –que me cuesta un riñón- sigue planteando una batalla inteligente. El problema: va muchísimo más lento de lo que yo quisiera.
Por la parte negativa, la que más me duele en estos momentos, es que incluso ganando esta querella criminal que tengo contra mamá (y que es entre ella y yo, hijos míos, pues sé que ha sido y es en líneas generales una buena madre contra vosotros con la excepción de poneros en mi contra), pasarán fácilmente casi dos años hasta que pueda veros en mejores condiciones y más tiempo.
Yo no os quiero alejar de mamá. Todo lo contrario. Quiero que améis y que respetéis mucho a vuestra madre. No os hacéis ni idea de las muchas penalidades que ha pasado durante vuestros embarazos para traeros a este mundo. Respetadla siempre porque se entregó a vosotros. Creo que a veces los errores que ha cometido es porque tenía miedo de perderos, que estaba un poco asustada quizás.
En un foro del internet leí esto:

“Mejor luchar y perder que no haber luchado. Todo padre que ha luchado "gana" un status ante si mismo muy deseable. Y puede llevarse sorpresas (habitualmente extrajudiciales) que criar hijos en solitario es duro.”

Yo sólo quiero deciros, hijos míos. Sigo luchando cuando ya ni las fuerzas ni la economía me da para ello por vosotros. Para que pueda estar más a vuestro lado. Es una peculiar manera de manifestaros mi amor hacia vosotros. Siento, también, que como decía este hombre al que he citado, es un deber el luchar por vosotros.
Portaros bien con mamá. He sabido por alguien de fuera de la familia que últimamente no os estáis portando como deberíais ni en casa ni en el colegio.
Mis bendiciones,

Papá

domingo, 24 de junio de 2007

Mi norte sois vosotros

Queridos hijos:

La vida me demuestra una y otra vez que mi norte sois vosotros. Aquí estoy, hijos míos. No tenéis otro padre ni yo tengo otros hijos.
Buenas noches, corazones.
Os bendigo siempre y siempre ruego a San José que os proteja y que os guíe,

Papá

Vuestro abuelo

Queridos hijos:

Como esta bitácora va a ser a largo plazo, me planteo proyectos –si bien humildes- a largo plazo con ella.
Algo de lo que habré de hablar es de recuperar cierta memoria. Memoria de familia. Veréis. Papá se crió en la misma casa donde había tres generaciones, y con mucho contacto con todos mis tíos y primos, con mi otra abuela (a mi otro abuelo, el que se llamaba como yo), etc. Siempre fuimos y somos, a Dios gracias, una familia muy unida.
Vuestro abuelo es un anciano ya. No te puedes imaginar al principio, querida I, cómo te quería tu abuelo y lo mucho que se volcaba contigo cuando íbamos a España o cuando venían tus abuelos a vernos. Contigo, Y, también. ¡Qué orgullo de abuelo destilaba tu abuelito cuando estaba contigo! A ti, J, sólo ha podido verte una vez. Pero no sabes lo mucho que te quiere también.
Tenéis la suerte de criaros al lado de vuestros otros abuelitos. Y no tenéis la suerte de tener todo el contacto que yo querría con vuestros otros abuelos. Por eso os quiero hablar un poquito de él.
Vuestro abuelo es un hombre sólido, una roca de la familia. Así ha sido siempre. A veces un poco hosco, pero cuando seáis mayores aquí en el norte de España a veces somos un poco así, secos. Pero, ¡vive Dios!, que no era seco con vosotros. Con los nietos perdía cualquier atisbo de sequedad. ¡Cómo ha sufrido con la separación de mamá y papá! ¡Cómo ha sufrido no pudiéndoos ver! Pero os quiere y nunca ha dejado de rezar el Rosario sin teneros en sus intenciones.
Poco a poco os iré contando cosas de vuestro abuelo. Y anécdotas muy sabrosas. Un hombre de estirpe castellana, muy romano, grave. Adornado incluso de cierta serenitas. Siempre cabal. Siempre sabio. Ese es vuestro abuelo.
Os bendigo esta noche una vez más, y me imagino que os conté esto al lado del fuego en esta noche fresca.
Os quiere mucho,

Papá

miércoles, 20 de junio de 2007

Si de mí dependiera ...

Queridos hijos:

No os lo he dicho. Ni siquiera puedo decíroslo. Pero si de mí dependiera y yo pudiera (y hablase mejor este francés que tanto se me atraganta) mañana mismo renunciaba a mi trabajo aquí y mañana mismo me iba a trabajar a Francia, cerca de vosotros.
No podéis imaginaros lo poco que me importa mi trabajo y mi carrera profesional. Cada día menos. Sólo quiero estar a vuestro lado cuando me necesitéis. Sabed que haré lo que esté en mis manos para que podamos estar juntos. Si esto significa que he de marcharme a Francia y apechar con un trabajo peor remunerado o uno que me guste menos, no me importa.
Os quiero muchísimo,

Papá

Insomnia ... y buenos días

Queridos hijos:

No pude dormirme hasta las 4:30 de la madrugada. Pensé en vosotros. Y sé que me hubiera gustado entreabrir las puertas de vuestros dormitorios y ver que dormíais plácidamente y que estabais bien. Creo que eso, incluso, me hubiera ayudado a dormir.
Bueno. Arranco con un poquito de retraso hoy, pero en todo momento estáis conmigo. En mi pensamiento, en mi corazón y en mis oraciones. Seguimos estando juntos, aunque por ahora sólo pueda ser espiritualmente.
Un beso. Portaros bien en el colegio.

Papá

Maneras de amar

Queridos hijos:

Mi último viaje a Francia ha sido una locura. No os he visto, pero me he quedado a unos 5 kms de vuestra nueva casa. Todos los días pasaba por allí a la hora que más o menos sospecho que os acostáis y os daba mi bendición desde el coche. Ya ni siquiera sé cuáles son vuestras ventanas. Me parte el alma estar tan cerca y tan lejos de vosotros al mismo tiempo.
Durante dos días he necesitado a mi abogado, 8 y 5 horas respectivamente. Sólo espero que comprendáis que para mí este nivel de conflicto es tan desagradable como para vosotros. Sé que estáis sufriendo mucho. Y, por vuestra edad, tampoco podéis entender por qué. Quisiera simplemente que comprendierais que si hago este esfuerzo legal, que va acompañado de un sacrificio económico importante, es por vosotros. Para que estéis mejor. Para que volvamos a estar juntos.
Por fin parece que al menos en esta primera fase podremos vernos. En algún momento de la primera quincena de Julio. Esto me llena de esperanza. Es muy poco. Es, de hecho, poquísimo. Pero es un primer paso.
Os quiero. Y os mando mi bendición esta noche también.

Vuestro padre

martes, 12 de junio de 2007

Viajes y lucha

Queridos hijos:

Ayer, hoy y mañana van a ser días duros para mí. Cuando vuelvo del trabajo, y vengo cansado estos días, tengo que hacer montones de cosas para la preparación de la siguiente batalla legal, que tenemos el jueves y el viernes. No sabéis lo humillante que es para mí, pero lo sufro con gusto sabiendo que es por vosotros. Tenéis derecho a un padre. Y os garantizo que tenéis un padre que os quiere.
A mí me duele todo esto. Sois pequeños todavía y no podéis comprender cómo dos adultos que un día se quisieron pueden tener este nivel de conflicto. Pero, tranquilos, hijos míos: todo pasará. Y, además, seguís teniendo el amor de vuestra madre y el amor de vuestro padre.
Tengo que preparar todo. Los viajes, por carretera y por avión, durante la noche me muelen. La maleta, los papeles, que todo vaya organizado. El coche de alquiler, los viajes por Francia. Las reuniones interminables con mi abogado. Sólo me consuela que quizás, esta vez sí, después de cuatro meses sin veros, consiga veros este fin de semana. Pero si no os veo, no voy a aflojar y seguiré luchando. Cuando seáis un poco mayores y leáis esto al menos os daréis cuenta de que si lucho por vosotros sufriendo estas penalidades es porque os amo. Es triste que el amor que os tengo sólo lo pueda expresar de esta manera. Pero también esto es amor.
Un beso y mis bendiciones una vez más,

Papá

lunes, 11 de junio de 2007

Bendición

Queridos hijos:

Es tardísimo. Me gustaría entrar en vuestro cuarto, veros dormir y daros mi bendición.
No puedo. Lo sé. Pero os doy mi bendición. Que vuestros Ángeles de la Guarda os guarden.
Un beso y un abrazo grande para todos,

Papá

domingo, 10 de junio de 2007

Corpus Christi 2007

Queridos hijos:

Esta mañana, mientras la Santa Misa, pensaba en vosotros. Me hubiera gustado estar con vosotros en Misa, más todavía en esta Solemnidad del Corpus Christi. Siempre fue en Jueves, aunque ahora estos destructores de festivales de Dios lo pasaron a un domingo. En vuestra Patria, en España, y de labios de vuestra abuela, yo escuchaba esto de niño:

“Tres jueves hay en el año
que brillan más que el sol:
Jueves Santo, Corpus Christi
y el día de la Ascensión”

Creo que en realidad es “relucen”, y no “brillan”, pero vuestra abuela cometía este error y hasta con error os lo transmito. Estas son las Fiestas, además, del pueblo de vuestro abuelo, al cual me siento tan unido. Espero que algún día las pasemos juntos … aunque va a costar explicaros por qué la Fiesta de los toros es una cosa tan bonita. ¿Quién sabe? Algún día hasta quizás podamos estar sentados juntos en las Ventas durante un San Isidro. Aunque a mí me sigue gustando la afición de Bilbao, a la que respeto como los mejores en esto de los toros, al menos para vuestro padre. Ahora bien, en Francia, los del sur, son absolutamente serios con el tema de los toros, cosa que no sucede de este lado de los Pirineos.
Volviendo al tema de la Misa esta mañana me hubiera gustado a ti, J, seguirte enseñando a hacer la señal de la cruz. Espero, Y, que esta vez te hayas portado un poco mejor en Misa. Y a ti, I, no te digo nada, porque sé que eres muy buena durante la Santa Misa. De todos modos durante la Consagración ya sabéis que estáis siempre conmigo, en lo más profundo de mi alma.
Ya sabéis que siempre rezo a San José para que os cuide mucho.
Mi mayor alegría es que es la segunda vez que he recibido noticias vuestras en 8 meses, y sé que estáis bien. Ni os imagináis cuanto me alegra saber que estáis bien. Por cierto, I, he recibido tu última evaluación escolar. Enhorabuena por las notas, hija mía, pero espero que mejores tu comportamiento.
Os quiere,

Vuestro padre

Estimados lectores

Estimados lectores:

No sé qué os habrá traído hasta este humilde rincón del ciberespacio ni cómo habéis llegado hasta aquí.
Digamos que me llamo Santiago, aunque éste no sea mi verdadero nombre. Digamos que tengo en torno a cuarenta años. Digamos que tengo varios hijos. Digamos que mi ex mujer –una ciudadana francesa- me abandonó, tomó los hijos con ella y luego se divorció de mí. Digamos que durante varios años ella ha puesto a los hijos en mi contra. Digamos que ahora tengo muchas dificultades para acceder a mis hijos. Digamos que soy un católico de las Españas.
Otras cosas que pudiéramos decir … ya se irán diciendo Dios mediante.
Esta bitácora, como dije en el primer post, no es más que un diario abierto a mis hijos.
¿Por qué abierto? Pues para que vosotros, estimados lectores, seáis testigos mudos de que este padre no olvida a sus hijos. Los ama con locura, aunque no les pueda expresar este amor en el día a día. Es un diario íntimo para ellos, pero daréis fe de que nunca dejé de amarles, aunque su madre a veces, y erróneamente, se empeñe en intentar convencerles de lo contrario.
Que la Santísima Virgen os bendiga en este domingo tan especial tras el Corpus Christi. Sed bienvenidos y muchas gracias por vuestra visita,

Santiago

Queridos hijos

Queridos hijos:

Comienza aquí esta bitácora que es, fundamentalmente para vosotros. Ahora que el divorcio de papá y mamá nos ha separado, que sepáis que mis pensamientos están todo el día con vosotros.
Sé que la distancia geográfica nos separa mucho. Quizás demasiado. Pero también sabed que vuestro padre os ama y os amará siempre, en todo tiempo, en todo lugar, incondicionalmente.
Ojalá que esta separación que vuestro padre no quiso ni nunca deseó sea una barrera que algún día superemos juntos.
Vuestro padre, que es huérfano de vosotros, y os quiere sin cesar,

Papá