Queridos hijos:
La vida me demuestra una y otra vez que mi norte sois vosotros. Aquí estoy, hijos míos. No tenéis otro padre ni yo tengo otros hijos.
Buenas noches, corazones.
Os bendigo siempre y siempre ruego a San José que os proteja y que os guíe,
Papá
domingo, 24 de junio de 2007
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